Único Capítulo

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↬↬↬↬↬ Broken ↫↫↫↫↫



Esto no me puede estar pasando…

Verla con sus ojos llorosos, mientras yo estoy del brazo de Bora, me hace romper en mil pedazos… Debí explicarle todo, debí, advertirle, debí…

4 meses antes.

Me mudé hace muy poco a este departamento, salí de mi casa con la idea de independizarme más aún, cuando mi padre arreglo mi matrimonio con la niña que siempre estuvo enamorada de mí.

Claramente, me molesto su decisión, si quieren que me casé, lo haré, pero me gustaría elegir yo a la chica perfecta para mí.

— Oppa ¿Qué tal este?

— El que tú quieras, yo no entiendo de esas cosas —dije viendo los pendientes azules marinos que sobreponía en sus lóbulos, para nada se le miran bien, de hecho, creo que ese color no le favorece en nada.

— Me los llevaré - termino diciendo a la vendedora y pago con su tarjeta— listo, esto es lo último que me faltaba.

— No considero poder ir a dejarte, debo ir a casa, De lo siento.

— Está bien, mi chófer me espera en el aparcado. —le di las bolsas, hizo un gesto que pesaban en sus manos.

— No exageres —dije molesto— quien te manda a comprar tanta ropa, si pesan mucho, dile a tu chófer que venga por ti.

— Tu comportamiento me está cansando, Namjoon, siempre que salimos eres cruel.

— Ya te dije que lo hago solo por qué me lo ordenan, yo no siento nada por ti, jamás lo sentiré, y si quieres salir conmigo, aguanta mi comportamiento, Bora… Debo irme — caminé alejándome de ella, escuché su gruñido de molestia y como golpeó con sus tacones la baldosa del centro comercial, me estresan sus pataletas.

Ya era tarde cuando llegaba a mi departamento, esperaba a que el elevador cerrará para subir a mi piso, estaba en ello cuando alguien grito desesperado que lo detuviera, pero las puertas se cerraron y no alcanzo a subir.

Como buen samaritano, apreté el botón para que las puertas volviesen abrir, fue cuando la vi.

Una sonrisa perfecta, un cuerpo que juro podría ser la envidia de toda chica de mi país, unos ojos que me hicieron caer rendido a sus pies, y sus labios… Dios, sus labios llamaban mi nombre, aunque no lo supieran.

— Gracias —reverencio frente a mí, su pronunciación es casi perfecta, como amo que los extranjeros se esfuercen por nuestras costumbres, y en este momento, agradezco que uno de ellos fuera ella.

— No hay de que —mi voz sonó algo anormal, de seguro por la desesperación que mi cuerpo está emanando, cruzamos miradas y sonreímos vergonzosos

Note como iba a apretar el número del tablero, se quedó viendo y volvió a sonreír, no quería que nos alejemos del otro, incluso su aroma me daba una sensación diferente, lo anhelaba, lo quería cerca de mí.

La campanilla que nos avisaba del piso sonó y las puertas se abrieron, ella bajo de las primeras, chocando con las paredes por tantas bolsas que llevaba.

𝙱𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗     𝐎𝐒   𝐊𝐍𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora