¿Por qué?

Capitulo 1

Mirarse al espejo y no estar de acuerdo con lo que ves, es una cosa, mirarse al espejo y no reconocerte es otra...

Nuevamente me encuentro en un bucle del tiempo, en una rutina interminable, la cual consta de mirarme al espejo cada cinco segundos; esperando algún cambio o quizá esperando ver algún día una sonrisa genuina... Estoy cansada de solo verme al espejo para practicar la sonrisa más falsa de todo el mundo.

Estoy a segundos de terminar con todo, veo y escucho todo en cámara lenta, ya casi lo logro. Mi mamá golpea la puerta con toda su fuerza, el sonido inunda mis oídos haciéndolos doler, la tijera que tenía en mis manos lentamente se desliza por mis piernas hasta el suelo y mis párpados comenzaron a pesar, sin miedo los cerré y esperé lo mejor... Morir.

Algunos creen que elegir morir es la opción más egoísta por la que una persona puede optar, pero yo creo lo contrario, si una persona sufre y lo está pasando mal, está en todo su derecho de decidir vivir o no... Al fin y al cabo TODOS nacimos por obligación, no por opción. Lamentablemente mi mamá no entendió eso.

Desperté con el pecho más apretando que nunca, mi corazón latía a mil por hora y la máquina, que estaba conectada a mi, comenzó a sonar. Dos enfermeras corrieron a mi habitación y me inyectaron un medicamento que me dejó media adormecida, mis papás entraron corriendo a la habitación. Los mire y solo abrí mi boca para decir una cosa, más bien, preguntar una sola cosa... —¿Por qué?—.

[•••]

Los días en la clínica se me hacían eternos pero cualquier cosa era mejor que volver a mi casa.

—Comete todo— mi mamá interrumpió mis pensamientos.

—¿Eehh?—

—Ya po, la comida— mi papá se acercó a mi y me hizo un avioncito, me comí la cucharada y un sentimiento de culpabilidad me invadió por completo, no tenía idea de cómo estaba preparada esa sopa, por ende no sabía cuántas calorías y carbohidratos me estaba comiendo.

—No quiero más— puse para de cansancio.

—Todo.— ordenó mi mamá señalando el plato.

Mi papá probó la comida y me miró lentamente —¿Te voy a comprar un Macdonal's?— se tomó de un trago todo el agua de mi vaso —Creo que la comida está envenenada o su ingrediente secreto es insecticida—, a mi mamá no le pareció para nada gracioso el chiste.

Los miré pensativa y luego me agarré la mano a mi papá —¿Me dejan sola?— los miré —Quiero comer sola—.

Dudosamente salieron de la habitación.

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Hasta acá el capítulo de hoy,
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Recuerda: Lo escencial es invisible ante los ojos de la persona incorrecta.