1.- Confusión

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Ser padre soltero era difícil, aveces demasiado. Leonel, como un hombre que podía concebir, lo sabía, el y su pequeño Julian se las arreglaban como podían.

Y aunque tenía a su otro padre, Cristiano, el argentino no podía contar el fin de semana que la corte habia designado para quedarse con el como "paternidad". Vaya, el niño ni siquiera lo  reconoce de inmediato.

Aún después de cuatro años desde que dió a luz, había días en los que sentía que no podía mas y la carga podía más que el.

Hoy era uno de esos días.

Después de una ardua discusión con su jefe sobre el porqué tenía que salir temprano justo hoy y que al final saliera tarde de todos modos, le acababan de avisar que la mensualidad de la guardería donde dejaba a Julian no había sido pagada, cuando claramente le había avisado a Ronaldo una semana antes. Y para colmo había empezado a llover.

Estaba cansado, enojado, no quería saber nada de nadie, iba a llegar por su hijo, dejarlo con su padre e irse a casa dormir hasta que volviera a ser lunes.

Se estacionó y entró a la guardería, que estaba casi vacía, y se dirigió a la aula de su niño, la de la puerta con un panda pintado. Ahí lo recibió la desaprobatoria mirada de la joven cuidadora a quien ya conocía muy bien, pues no era la primera vez que llegaba tarde.

– No digas nada Antonella, solo dame al niño que su padre ya lo esta esperando y lo último que quiero hoy es discutir con ese hombre.

– Buenas tardes también, Leonel – Saludó sarcastica, se conocían y llegaron a ser amigos gracias a la ayuda que la mujer le daba acerca de la crianza del niño – Esta bien, tengo que avisarte que tienes que pagar la mensualidad o el lunes no podré recibirlo de nuevo.

– Lo se, aparentemente el se va a encargar de eso pero tengo mis dudas, de cualquier forma avísame si no esta pagado antes del domingo, así yo puedo...

– ¡Lo siento! ¡Es muy tarde lo sé!

Un hombre que había llegado corriendo y gritando le había interrumpido. Y al mismo tiempo había acaparado toda su atención.

Alto, cabello rizado, piel morena y ojos marrones, Messi debía poder recordarlo de alguna reunión de padres, porque no podía apartar su vista de como algunos rizos mojados por la lluvia se pegaban a su frente. Por un momento olvidó porque estaba de tan mal humor y se perdió en el pecho que subía y bajaba en busca de retener algo de aire.

– Señor Guillermo! Es muy raro que usted llegue tan tarde, Kevin pensó que lo había abandonado – Mencionó con una pequeña risa.

A Antonella le había parecido un poco gracioso que el pequeño haya hecho un comentario como ese, pero el rostro de Memo solo mostraba remordimiento hacía el mismo. No debió haber aceptado hacer ese último trabajo, pensó que tenía suficiente tiempo, seguramente Kevin estuvo asustado. Seguramente pensó que el también lo había dejado.

La rubia entró a buscar a los niños y volvió a la puerta a entregarselos a sus padres, ambos utilizaban los abrigos de panda que eran para todo el grupo ¡De verdad parecian pequeños pandas! Estaban cubiertos hasta las narices y las capas de ropa debajo los hacían ver más robustos. Después de todo, en estos tiempos de invierno era importante mantenerlos abrigados.

– ¡Nos vemos el lunes! Disfruten su fin de semana niños – Se despidió y entró al aula de nuevo.

Los hombres se miraron por última vez antes de tomar la mano de 'sus hijos' , Leo se había quedado cautivado por ese hombre  y aunque parecía que ambos querian decirse algo, ninguno lo hizo, salieron en direcciones opuestas a sus respectivos vehículos.

Tᴜʀǫᴜᴇsᴀ [𝙶𝚞𝚒𝚕𝚕𝚎𝚛𝚖𝚘 𝙾𝚌𝚑𝚘𝚊 𝚇 𝙻𝚒𝚘𝚗𝚎𝚕 𝙼𝚎𝚜𝚜𝚒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora