Naboo. Un planeta pequeño. Muy parecido al planeta que hoy conocemos como Tierra. Con arboles, agua y tierra. El planeta estaba rodeado de cruceros de la federación de comercio. Naves parecidas a un anillo blanco. Con una separacion. Como si el anillo hubiera perdido una parte. Las dos partes separadas eran las entradas. Los hangares.
Los anillos eran de un grosor de al menos un kilómetro. Y en medio, una esfera enorme. De 800 pisos. Donde se encontraban los Droides de combate de la federación. Todo el planeta estaba rodeado de estos cruceros.A unos kilómetros de distancia, una nave, de dos pisos. Rojiza. Una nave de la República. Con forma cilíndrica y un propulsor en la base inferior de la nave. Y este, se conectaba con otros dos propulsores a sus lados. Formando una especie de cruz. En la sala de control. Enfrente, se encontraban los pilotos y los Caballeros Jedi. Los cuales se hacían pasar por embajadores de la República para negociar "Amablemente" con los virreyes de la Federación.
Uno era mas alto que el otro, el mas alto llevaba una especie de bata. Delgada. Café oscuro. Con mangas realmente anchas y una capucha ancha también. Su nombre era Qui-Gonn Jinn. Tenia 46 años.
A su lado, se encontraba su aprendiz. Su Padawan. Obi-Wan Kenobi. De 20 años. Era un poco mas bajo. Llevaba una bata igual a la de su maestro pero con un café mas claro. Se acercaban al bloqueo de Naboo. El espacio era algo normal entre la gente de la galaxia.- Capitána - dijo Qui-Gonn
La capitana tenia Cabello corto negro y un traje azul.
- Si señor?
- Aviseles que deseamos abordar de inmediato.
- Entendido.
Ella presiono el botón mas cercano a la palanca de la cabina. Era un micrófono. Un transmisor a larga distancia. Se comunicaba con la sala de control del crucero mas importante. Donde estaban los virreyes. En la pantalla del techo, se proyecto la figura del Virrey. Detras de el se veia la puerta redonda de la sala de control.
No era de la raza humana. Era una raza extraña. Piel arrugada y verdosa, ojos completamente rojos. Sin pupilas. Pero extrañamente poco amenazador. Para ser de otra raza se veía muy amigable. Pero distaba mucho de serlo. Llevaba un traje largo, rojo y llevaba una especie de corona de cuero. Café. Muy larga hacia arriba. La capitana habló.
- Con todo respeto - habló con tono autoritario - Los embajadores del canciller supremo quieren abordar de inmediato.
- Por supuesto - dijo el Virrey cordialmente - Como estarrán enterrados el bloqueo es completamente legal. Serra un placer recibir a los señorres embajadorres.
El Virrey tenía una especie de asento raro. Un asentó que nosotros consideraríamos ruso. Pero que en ese tiempo no lo era.La nave de la república se acercaba a la nave de control. Cuando se acercaban, el crucero se había más y mas grande. Cuando llegaron al hangar izquierdo, las puertas de este se abrieron. Con dos puertas. Una superior y otra inferior.
Cuando se abrió, la nave rojiza entró lentamente, extendió sus patas inferiores, ubicadas justo debajo de los propulsores y una debajo de la cabina frontal y se poso sobre el hangar. Era un hangar blancuzco. Grande y extenso. Con un piso tan limpio que se reflejaba todo. Allí estaban los droides. Eran unos robots con forma humanoide. Delgados y con códigos en sus espaldas. Tenían una cabeza casi en forma de clavo. Con rendijas pequeñas como ojos. En el pecho, tenían pintado de rojo. A diferencia del resto del cuerpo. Que era amarillo con tonos blancuzcos también. Al lado de ellos, esperaban también unas especies de arañas. Muy grandes. Mas grandes que los droides. Con cuatro patas de metal y un cuerpo de la misma forma. Con cañones en sus patas y ojos en forma de raya color rojos.La nave de la República aterrizó. Desprendió la pasarela y esta se acopló al piso. Los "Embajadores" bajaron a paso lento. Se acercaron a la puerta que llevaba al pasillo principal del crucero. Una puerta café, que se dividía en dos. Ambas partes se abrían hacia sus respectivos lados. Del otro lado, los esperaba un androide. Con forma humanoide. Color plateado. No distaba mucho de ser un humano. Tenia ojos redondos con luz amarilla y una rendija pequeña como boca. Su voz era femenina. Caminaba lento y con los brazos algo flexionados. Ya que los bíceps y los antebrazos estaban unidos por un fierro que inmovilizaba los brazos. Por que? En ese tiempo era algo estilista.
Cuando vio a los Embajadores, se acercó y se presentó cordialmente.
- Soy TC14. Para servirles. Siganme por favor.
Era un pasillo largo. Con un piso parecido al del hangar. Iluminado por luces blancas del techo y algunas de las paredes. Era un pasillo que doblaba a la izquierda y derecha. Tenían puertas que llevaban a todas las salas de control. No se podía imaginar la cantidad de pasillos que debía tener el crucero. Debía ser un verdadero laberinto.

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Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma
Ciencia FicciónLa República Galáctica está sumida en disturbios. Hay protestas contra la tributación de las rutas comerciales a sistemas estelares. Esperando resolver el problema con un bloqueo de mortíferos cruceros, la avariciosa Federación de Comercio ha deteni...