Todavía me encontraba en este lugar oscuro y no sabía si era de día, tarde o noche. O si era el día siguiente. Necesitaba salir de este lugar. Mamá y papá estrían preocupados preguntándose en donde estoy o si ellos le avisaron a la policía mi desaparición repentina. No he comido durante horas.
Pasaron 3 horas desde que Tamara me dejó sola tirada en el suelo. He intentado pararme, pero no podía. Cada vez que me paraba, volvía a caer, ya que me dolía todo el cuerpo.
–Te traje comida cariño. Sé que no has comido durante horas.–Dice Tamara mientras entra con una bandeja llena de comida.–Te traje tu comida favorita.
–¿No está envenenada?–Dije sarcásticamente.
–No, no está envenenado. ¿Por qué querría envenenarte?. Así no podría divertirme contigo. Así que come.
–Está bien.–Dije con una expresión de no estar convencida.
– Como te has estado portando bien, te dejaré salir en dos días. Si intentas escapar agregaré más días.
–Solamente sé tu nombre. Así que déjame verte.
– Ya lo dije. Sabrás quién soy muy pronto.
– Ya terminé. Te puedes llevar la bandeja.
–Pero no comiste casi nada. Quiero que te lo comas todo.
–Es que... ya me llené.
– Bueno, te lo dejaré en una esquina por si acaso quieres más.
Tamara deja la bandeja en una esquina y se va. Pero antes de que se cerrara la puerta, corrí hacia ella y logré salir. Me escondí en un rincón.
–¿Conque así quieres jugar eh?. ¡Pues juguemos!.
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La acosadora psicópata
Short StoryEn un pueblo pequeño, vive una chica llamada Katherine. Sus padres no le prestan mucha atención por lo que ella siempre está en su cuarto. Cuando su padre cambió de trabajo para otra ciudad, la cual se llamaba Huston, Katherine y sus padres se mudar...
