MI CORAZÓN RESGUARDA.
Cierro los ojos y lo visualizo todo, el último día de nuestra primera semana... El color verde del parque, el cielo nublado como mis ojos, gracias a las lágrimas que me niego a derramar. Menuda estupidez, solo soy fuerte un segundo, porque al siguiente estoy llorando como nunca ante tus ojos.
Es nuestra primer semana y no es la ideal. Justo como habría de esperarse de alguien como yo, y alguien como tú. Mi corazón resguarda... mi corazón resguarda sentimientos oscuros producidos por las calles solitarias, luces brillando en medio de la noche, campos oscuros... Mi corazón resguarda celosamente, asi como resguardará esta semana para siempre... mi corazón resguarda celosamente, pero es un corazón idiota ;Porque siempre termina revelando todo lo que hay en él!
No estaba lista, no estaba lista para ser algo más que tu amiga, pero... pero no quería perderte, significabas mucho... muchísimo para mí. Así que acepté, no iba a perder al príncipe feliz, a mi compañero, mi aliado, mi confidente... y al aceptarte sabía bien, que estaba arriesgándolo todo, una discusión, una decisión tomada, un rumbo en la dirección contraria, una postura diferente.... estábamos creciendo y definiéndonos, definiendo quienes seríamos, así que desgraciadamente cualquier cosa podría terminar con nuestro amor..
Y sin embargo a pesar de saber todo eso, Ahí estoy ,y ahí estás tu... mirándome preocupado...
juzgándome como muchos.... pensando en que estás atrapado en un gran pasillo lleno de puertas que no puedes abrir, porque yo no te doy la llave... pero no entiendes que no quiero perderte, y tu mirada provoca mi recelo. Solo me ruegas que diga algo... que explique el porque de mi repentina huida, y mi actitud inmadura.
Mi corazón solo desvela ¡Me condena! ¿Y mi mente? Mi mente resguarda los recuerdos que tanto entorpecen mi alma, los resguarda como las puertas previas a la caja fuerte donde hay una joya, mis recuerdos son diamantes negros pulidos, y no les dejo ir... No quiero, no cuando tus ojos me miran así. Dices que confié, pero tu mirada juzga.
Las lágrimas corren por mis mejillas, liberando los malos dias, pero mi mente se niega a decirte el porque. ¡Tenme paciencia! Me miras extrañamente, lo desteto, pero por otro lado ¿Quién pudría culparte? ¿Cómo decirte qué me ocurre, si muchas cosas ni siquiera yo comprendo? ¿Cómo decirte que a veces no tengo idea de mi dolor? ¿Y las veces que sí? Me muero de pena de tan solo pensar en lo que dirás...
Soy una luz que brilla por momentos y luego se apaga... tan repentinamente. La luz de mi corazón titila... ¿Y la tuya? Te debilitarás lentamente...
¡Como desearía que las serpientes no te atrapasen nunca! Como desearía que jamás te envolviesen en su perpetua oscuridad. Muero de miedo, de lo que ellas puedan hacerte, y de lo que una luz titilante como yo, también.
Hace unos días, cuando me diste la nota de la gran pregunta, cuando te la entregué con ese "Si" Mis ojos miraron los tuyos y con ellos pregunté ¿Me tendrás paciencia? ¿Entenderás mi tristeza? Te rogaron todo tu amor, te prometieron corresponder, y esperaron lo mismo... No podía darte un mundo color de rosa, pero podía estar contigo en los dias tristes, y cuando yo sanara.. ¡Cuando yo sanara! Si me esperabas lo suficiente, entonces, seríamos felices... ese era el plan cariño.
Sonreíste al saber que te había dicho que sí, y a pesar de que sabía que otras personas, otras chicas que no eran yo, confirmarían esa respuesta con un beso... yo no lo pude hacer... ¡Éramos tan pequeños! No estaba lista. A decir verdad tenía miedo, mucho miedo, mezclado con alegría y emoción. Me diste un abrazo a cambio, leiste mis ojos... y yo leí los tuyos, fueron cobardes. Morías por besarme pero también tuviste miedo. No lo hiciste, así que solo nos limitamos a mirarnos, ahí parados sobre las escaleras del teatro, el teatro en la que una vez nos habíamos presentado con una obra que mostraba mi ferviente oposición hacia el sistema político de entonces. Cada diálogo había sido aprobado por mi, cada escena, vestuario y escenografía... pero eso no importaba, no entonces... no en esos momentos. Solo importábamos tu y yo.
Pero mi corazón resguarda... y mi mente aún más.. mucho más. ¿Te conformarías con simple amor por un tiempo? Oh... ¡Vaya que lo harías! así como un día, yo cedería a algo más que confidencias, abrazos y lindas palabras. Sabías que cedería, lo haría a su debido tiempo... pero esa semana... esa semana pasa normal. Por momentos me abrazabas un poco más de lo acostumbrado y yo correspondía a tus abrazos, pero por otro lado... estaba que ambos pertenecíamos a dos lugares en donde se nos exigía responsabilidad, y como siempre yo no podía tocar otro tema... y los tocaba con la seriedad debida.
Aún no aprendía sobre el sentido del humor o las bromas, aunque después lo haría, para mi todo era responsabilidad. El hacer bien las cosas, el competir y ganar. El teatro y (sin quererlo) el baile se hicieron mi mundo, junto contigo. Duele que eso fuese cierto, pero así fue, lo visualizo, y lo es.Estaba en la época de la toma de decisiones, de los valores, sobre lo correcto y lo incorrecto, y adsorbía todo como esponja, me sumergía en libros, añorando valores y promesas... A su debido tiempo aprendería sobre la lealtad, la honestidad, el valor, el corresponder y obedecer... pero estaba empezando apenas, buscando con desesperación algo que me ayudara a definirme, a mejorar como persona, a no llorar abruptamente por cualquier destello de desesperanza.
¿Así fue no? Nuestra primera semana, con abrazos y palabras cariñosas (muy escasas) muchos temas sobre arte y valores, y aún más..... Ilanto... Ilanto de mi parte y desesperación de la tuya, por no querer desvelarte ningún diamante negro que guardara mi mente....
Y volvemos a visualizar el último día de esa
semana:
Ahí estamos, parados en medio del parque y yo pensando... ¿Qué pensarás de mis palabras? ¿De mi dolor y mi tristeza? ¿Qué pensarás sobre lo mucho que me preocupaba si sale o no la luna? ¿Si una garza blanca vuela en un día tormentoso? ¿Eh?
Solo te digo que necesito leer... y es cierto. Los libros contestan muchas cosas que me pasan. Me contestan si estaba bien o no el querer besarte, si estaba bien el ser tu novia a tan pronta edad, si estaba bien o no sentirme desgraciada por la prisa del tiempo, si son exagerados mis sentimientos, y sobre todo... si hay esperanza.
Tú me miras en ese parque, me miras lloriqueando de repente. Ambos lloriqueamos ahora, como niños.. ¡Éramos niños! Ahora te veo... desesperado por entenderme y yo desesperada por querer que lo hagas, pero sin darte pista para hacerlo.
Algo tan normal como grabar un video para una tarea tuya, yo lo acabo de convertir en un mar de lágrimas... Mis ojos nunca han dejado de rogar paciencia, aunque mi boca no tiene voz para decírtelo... ¿No te había dicho que me consideraba muy pequeña para estos tipos de temas? Si, te lo había dicho, cientos de veces durante nuestro periodo de amistad, y aún así te arriesgaste, a sabiendas de lo que pensaba, y yo te culpo en esos justos momentos por ponerme en semejante posición. ¡Claro que sabías que sería difícil! Lo sabías... y esperarías a que estuviese lista, aunque no te besara el primer día, ni el segundo, ni el tercero. toda la semana... pero también sabías que no podías esperar tanto, deseabas hacerlo, pero me conocías. Más de un año de amistad...
Conocías mis valores, mi búsqueda, pero no mi esencia, no cariño...aún no te dejaba verla.
¿Qué si sé lo frustrante que fue para ti? Si, lo sé, porque también lo fue para mí. Miro hacia atrás y ahí me veo durmiendo intranquila, pensando en tus sentimientos, mientras tu piensas en los míos...
Ambos estábamos tan asustados como solo pueden estarlo dos adolescentes de nuestra edad en su primer noviazgo. Pensamos en nuestras madres y en lo que dirán. Pero nosotros diríamos nada... no aún...
Pensamos en mi hermana, que también era tu otra mejor amiga ¡Cielos. Sería tan difícil! Sopesamos.
Ambos sabíamos bien que se rumoreaba muchas cosas sobre nosotros. No solo en el taller de teatro, sino en el grupo de baile, el grupo en el me costo convencerte de formar parte. Te quería en mi vida, eso era todo, quería compartir mi vida contigo.
Nuestros amigos no dejaban de hacer insinuaciones, y uno no tenía más remedio que poner gesto ofendido, y negar el amor que latía con fuerza en nuestros corazones. Guardar el secreto sería, y era muy frustrante, tanto que mis principios infantiles no dejaban de recriminarme. Esa noche, ambos recordamos todo eso. Tu te preguntabas que ocurría conmigo mientras que yo, en mi casa, una voz me murmuraba al oído "mamá confía en ti"
"Tal es tu amigo y no le tienes la confianza de decirle...." "¿Cómo puedes mentirle en la cara?"
"¿Que pasó con tus principios? ¡Ja, supongo solo eran sandeces ¿No?"
Si. Había mucho por el qué llorar, pero también sonreímos... ¿O no? ¡Oh claro que sonreímos!
Jugamos los típicos juegos en el parque, nos subimos en resbaladillas, vagamos por el centro 10:23
U
cultural platicando, riendo y debatiendo. Sabíamos que no estábamos solos, que de alguna manera extraña contábamos con el otro. Que éramos tu y yo.
Por las tardes al llegar a casa del Centro Cultural, leía tu primer carta, la carta con la que declarabas tu amor, la carta que prometía todo. Y en mi mente yo te repetía lo mismo. Porque estaba muy confundida para decirlo, para admitirlo a mi misma... o tal vez era muy cobarde, la valentía nunca ha sido lo mío. Una cosa era decir un dialogo delante de la gente y otra era admitir mis verdaderos sentimientos, en una obra todo pasa por ficción, aunque lo que dices tú lo dotas de sentido y entregas lo que sientes, pero la gente no se burla de ti, no te juzga, porque estás actuando.
Una cosa era tirarte un guiño a mitad del dialogo y otra era admitir lo mucho que te necesitaba...
Si, así fue nuestra primer semana. Con mi corazón desvelando sentimientos como nunca, sentimientos pocos indicados, y guardando los que debería, y mi mente negándose a darte la llave de las puertas, donde se resguardan los diamantes negros.Tú con tu felicidad nublada por mis berrinches, y haciendo promesas falsas, promesas que me esforcé en creer. Y que no cumplirías.
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Amor
Romance"¿Como es posible que el mi carrera en el prado verde me llevaría hasta aquí? ¿En que punto todo dejó de ser posible? Corresponder, en eso consiste amar, en corresponder... Debo hacerlo, debo alejarme de quién no me necesita... ¿Estaré correspondien...