Enredo

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Hacía tanto calor como el día en que escapé.

El cemento irradia la misma temperatura que me quemó los pies al llegar a esta gran ciudad durante el verano pasado, todavía es primavera y, aun así, el sol ya está quemando.

He extrañado muchísimo esa bruma fría que respiraba camino a mi antiguo trabajo, invadía todo rincón hasta más allá de medio día, y aquí, aunque recién son las 9 de la mañana necesito extra bloqueador solar y respirar cortito, para que no me entre al cuerpo aire tan seco.

El aire acondicionado de un Starbucks es un milagro para mi cuerpo no acostumbrado al calor.

- Por favor, dime que esta vez te irás a tu casa.

- No puedo- le dije- por eso te pedí que me acompañaras a comprar un café

- Irina salimos hace nada del turno de noche, es tu día libre post guardia, viernes, podrías perfectamente ir a casa, dormir y luego tener un fin de semana de descanso.

Mile toma un sorbo de su café mirándome con reproche, tiene oscurecida la piel bajo sus ojos luego de una noche que podríamos considerar de mierda.

- Se me es muy difícil, en verdad tengo otro compromiso- le digo recibiendo mi café XL.

- Lo que me sorprende es que, trabajando tanto por tanto tiempo, no te das el lujo de unos días de vacaciones, un descanso, desde que te conozco prácticamente usas todos tus días libres en seguir el trabajo.

- Tranquila, hoy solo tengo un par de pacientes a domicilio, luego me iré a casa, Golfo me está esperando.

- Si quieres, te llevo al primer domicilio en mi auto- Mile hace tintinear las llaves dentro de su bolsillo.

- No es necesario, si tomo el metro llego de inmediato- prefería no ser tan precisa en mis palabras para no preocuparle.

Dentro del metro se me hacía difícil mantener los ojos abiertos, eran bastante estaciones las que debía seguir luego del cambio de línea para llegar a mi primera parada, si Mile supiera esa distancia me hubiese tironeado de mi mochila hasta entrar a su auto mientras me sermoneaba.

Fue la primera persona que me sermoneó en el hospital, aunque suene terrible, casi ningún personal de salud se atreve a sermonear a un médico, por más nuevo que sea en el servicio, pero le recuerdo ese día con uniforme azul, su pelo rubio tomado en un moño perfecto y una tabla de apuntes en la mano regañándome porque aun no iba a ver a los pacientes de su sala, a vista de cualquiera, una enfermera complicada.

Luego de un par de turnos en los que logré acostumbrarme al ritmo del servicio, comenzamos a cruzar un par de palabras que se transformaron en divertidas conversaciones que me hicieron ganar el título entre mis colegas de "la domadora de bestias" pues, si se dedicaran a conocer mejor a la gente, se darían cuenta que aquella "bestia azul" como le dicen, es lo más dulce del universo, solo está enredada en un sistema que le exige tener un carácter fuerte, o si no se la comen.

Una mujer fuerte, dedicada a su trabajo, con gran autoestima y muchos cabos de su vida resueltos, así se autodescribe Milena.

Tan distinto a mí, me miro en el reflejo del metro.

¿Por qué llegué a esto?

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2022 ⏰

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