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Estar enferma era una mierda. Y sabía que si Danielle la oía decir esa palabra no tardaría en reprenderla. Pero es que...

¡Estar enferma era una mierda! Sientes el cuerpo pesado y no puedes respirar, sientes que te mueres, literalmente. La comida no tiene sabor y realmente tiene hambre, y solo puede comer la estúpida sopa.

Lo peor de todo es que era sábado ¡Sábado! Y su mejor amiga estaba en un lindo paseo por el centro comercial. Las imágenes que le envió lo confirmaban.

-Sigue divirtiéndote traidora –dijo con voz ronca.

Pero en el fondo estaba feliz por ella, porque ese día estaba con Haerin. Unos toques en su puerta llamaron su atención.

-Pase-logró decir.

Argh, su garganta dolía.

-¿Cariño?

Levantó la mirada para encontrase con su expresión preocupada. Sonrió para que se tranquilizara pero supo que solo había salido una mueca torcida.

-Mi bebé -se acercó con una taza humeante que dejó sobre su mesita de noche, después posó su mano en su frente-. Aún tienes mucha fiebre, te traje un té para la garganta.

-Gracias mami -agradeció.

La mujer sonrió y dijo algo sobre bajar su fiebre. Sentía los párpados pesados, pero antes de dormir se aseguró de tomar el té que su garganta recibió gustosa. Entonces se permitió cerrar los ojos y descansar.

                                 [....]

Cuando empezó a despertar escuchó voces, una la reconoció como la de su madre, la otra...

-Ella ahora esta dormida, pero si gustas puedes quedarte, hace tiempo no te veía por aquí.

-La verdad estaba muy preocupada cuando escuché que Hanni estaba enferma, no pude evitar venir a verla.

Abrió los ojos lentamente. Mmm, dormir le sentó muy bien, aunque todavía se sentía algo somnolienta. Miró a un par de personas en la puerta de su habitación, sus mejillas estaban rojas, en parte por la fiebre. Pero también...

-Minji Unnie-susurró pero fue lo suficientemente alto para ser escuchada.

La pelinegra giró la cabeza ante el llamado. Sonrió haciendo que el corazón de la menor diera un vuelco.

-Hanni, espero no haberte despertado -dijo sentándose a un lado de la cama.

-Para nada Unnie -sonrió pequeño.

Su madre se acercó para revisar su temperatura, estaba mejor considerando a como estaba hace unas horas. Después de eso se retiró dejándolas solas.

-Vine a hacerte compañía, traje algunas películas que podemos ver -dijo sacándolas de su mochila.

-Ya~ no tenía que hacer eso Unnie.

Minji llevó sus brazos hasta el borde de la cama y apoyó la barbilla sobre sus manos, quedando así más cerca de la menor.

-Lo hice porque quería, porque te quiero mucho y me gusta pasar tiempo contigo -respondió dándole un pellizco a la mejilla contraria.

-¿Aunque hable raro y sea todo un desastre estando enferma? -preguntó en voz baja.

Minji fingió pensarlo por un momento, entonces se acercó más como si fuese a contarle un secreto.

-Parece increíble pero, incluso enferma te ves linda -dijo susurrando también. 

Fueron palabras suficientes para que Hanni se derritiera por dentro, sintiera cosquillas en su estómago y sonriera bobamente. Uh, tal vez se debía a que seguía muy enferma.

Pero sabía que no era así.

-¿Y sabes algo? -continuó Minji—. No me iré de aquí hasta que estés completamente recuperada.

Bueno, estar enferma ya no sonaba tan mal. No si tenía a una de las personas que más quería junto a ella.

¡ 𝖳𝖤 𝖯𝖠𝖦𝖮 ! ; 𝖻𝖻𝖺𝗇𝗀𝗌𝖺𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora