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Sana dormía en brazos de la mayor, sonriendo cuando ésta empezaba a murmurar cosas para despertarle de la mejor manera posible, dando cortos besitos en sus cabellos castaños y acariciando sus mejillas, dejando ese rico aroma en su cuerpo.

El torso desnudo de la mayor le permitía ver su acanelada piel cubierta de hematomas violáceos hechos por ella la noche anterior, al igual que su redondito trasero alzándose levemente por encima de las sábanas.

Sonrió levemente moviéndose para abrazarla bien, escuchando un ronco bufido, acompañado de un puchero en sus rositas labios. Besó su mejilla succionando un poco para despertar a la menor, riendo cuando Sana alzó una ceja por sus acciones provocativas y que según la mayor eran únicamente para despertarle, pero que su marca informaba algo diferente.

—¿Te toca trabajar? —Murmuró la castaña abriendo por fin sus ojos, encontrándose con los oscuros de Tzuyu. Se dejó mimar por algunos minutos hasta que ls mayor dijo aquello.

—Tengo que trabajar toda la jornada, llegaré muy tarde, no creo estar para la cena... —Sana hizo un pronunciado puchero, apartando la mirada— Que seas modelo no significa que también te libres de trabajo, Satang. Creo ver un correo antes de la cena ayer... —Murmuró y Sana soltó un suspiro.

—Es para la semana que viene y serán tres sesiones... —Informó, su puchero fue deshecho por los labios juguetones de Tzuyu, que le besó despacio para ponerse de pie y empezar con su día.

La castañita le observó, tenía toda la tarde libre, podría invitar a Momo pero eso significaba tres niños revoltosos y llorones corriendo y gritando por su departamento, tocando sus objetos decorativos, rompiendo otros muchos, interrumpiendo su charla con la mayor... se lo pensaría mejor antes de invitar a su rubia amiga a su casa.

No es que odiara a los niños, pero ese combo de niños era dinamita dentro de una casa.

No sabía cómo hacía Momo para tener su casa en orden, cómo hacía para dormir tranquilo y como encontraba tiempo para estar con Dahyun.

Para ella tener hijos llegaría al final de su carrera como modelo, cuando ya esté preparada mentalmente para ello, tal vez dentro de unos años la idea de un ser en su interior le vaya gustando más, claro que su Omega está deseando un cachorrito.

A ella y a su divertida novia. Tzuyu ama con todo su ser a los tres niños de Momo, no hay un día en el que no pregunte a Momo por ellos, siempre está dándoles juguetes, correteando con ellos por el departamento.

Chewy ama a los niños, pero a los ajenos.

No quiere ni imaginarse ahora mismo con un bebé en brazos, uno pequeñito y delicado que sea su responsabilidad.

Además de ser algo muy grande que cuidar, económicamente están bien pero no como para sustentar una persona más dentro de su hogar.

Es divertido verles a ambas buscando condones entre jadeos antes de entrar en acción, además de Sana en las mañanas levantándose temprano para beber su pastilla del día después aún si utilizaron condón. Era mejor prevenir, no quería que un vientre enorme fuera impedimento en su trabajo.

—Me voy, el desayuno está en la mesa —Tzuyu pasó a su habitación con su traje de empresaria, aunque fuera una contadora en el banco lucía como una CEO.

—Gracias Chewy —Correspondió el beso desesperado que empezó la mayor, ronroneando y haciendo que la azabache mordiera su labio y tirara un poco de él.

—Si no fuera por trabajo, ya estaría corriéndome por segunda vez... —Murmuró coqueta y Sana le correspondió dándole un besito más.

Cuando Chou salió de casa, la menor se quedó algunos minutos en la cama, con mucha pereza de levantarse y desayunar.

Pero cuando su estómago rugió por algo de alimento, se levantó y se aseó para luego sentarse a comer en el sillón mientras veía una serie cualquiera.

Era su rutina cuando no tenía trabajo así que estaba acostumbrada.

Y pusimos "era"

Porque su rutina será afectada pronto porque esa misma mañana, olvidó beberse su tan adorada pastilla del día después.
Utilizaron preservativo.

Y se fiaba de que eso fuera a funcionar.

Esta historia no me pertenece, todos los créditos a ifsvantaes quien me dió la autorización

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Esta historia no me pertenece, todos los créditos a ifsvantaes quien me dió la autorización.

𝐀𝐧𝐭𝐢𝐜𝐨𝐧𝐜𝐞𝐩𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora