Prólogo

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Renuncia de derechos. Todos los personajes usados en este fic, créditos a sus respectivos creadores.

En una humilde casa, en un barrio como cualquier otro. Se encontraba habitada por los protagonistas de esta historia. Con un patio bien cuidado, una hermosa reja que separaba la casa de la acera y un garaje para los vehículos.

Adentrando a esta hermosa casa, parecía deshabitada por lo silenciosa que se encontraba.

¡Huff, Huff!

Se oyó la respiración agitada de alguien, obliterando todo silencio parsimonioso de la casa.

Adentrándose aún más, pasamos al poseedor de esa respiración, un hombre con el cabello largo puntiagudo de color negro. Haciendo dominadas, con un peso que a una persona común podría ser de infarto, 300 kilos. Pero lo sorprendente no era el peso que cargaba, sino las repeticiones.

990, 991, 992 - salió la ronca voz del hombre pelinegro, revelando la cantidad de repeticiones que llevaba.

La sudoración en su cuerpo era palpable, si lo brillante en su espalda era un indicio, su espalda se marcaba por la fuerza ejercida en cada dominada.

La sudoración del cuerpo del hombre, se notaba que era por horas de ejercicio, más que por el ejercicio actualmente hecho.

Y... 1000. Listo - terminó de contar el hombre adulto, dando por finalizado la sección de entrenamiento matutino.

Tomó la botella con agua que dejó en el piso, para hidratarse, después de una serie tan matadora como la que había hecho.

Se miró las manos, para ver qué no tenían ninguna herida en ellas, aún por haber hecho 1000 dominadas con un peso de 300 kilos. Cuando hacer hasta unas 30 seguidas causa heridas en las manos, lo que dificultaría el ejercicio y una extenuante recuperación.

Aún cuando estoy viejo, puedo hacer cosas que gente de mi edad, no pueden ni soñar. ¿ Por qué será?Preguntas que no me dejan dormir - parló el pelinegro con algo de diversión en su rostro al hablar de su edad.

Con más de 30 años, casi 40, tenía un cuerpo y un estado físico, que era envidiable para otros de su edad. No tenía músculos que se podrían comparar a los de un fisicoculturista, pero su fuerza era mayor que la de un powerlifter. Pero a pesar de sus músculos, tenía una muy buena agilidad, beneficios de saber diversas artes marciales.

Se terminó el descanso, debo preparar el desayuno para mí y mi hija. Además, llevarle el almuerzo a Eleanor, sigh - habló para sí mismo el pelinegro, recordándose el cronograma del día, suspirando por lo último.

Se levantó de su lugar de descanso, y se encaminó al baño de la casa, para poder limpiarse todo el sudor de su cuerpo. Su hija, era algo estricta en ese aspecto, recordar cómo lo regaño por dejarse la barba, lo estremeció.

Juro que esa niña me envejecerá más rápido - bromeó el adulto joven, por como era su hija, aunque el amor que le tenía era palpable en sus palabras.

Se quitó todo el sudor de su cuerpo, se lavó los dientes. Con una toalla rodeando su cintura para proteger su privacidad, y con otra secándose su cabello. Se dirigió a su habitación para colocarse vestimenta.

El nombre de esta persona es Son Goku. El protagonista de esta historia.

Se vistió con unos pantalones negros, unas zapatillas del mismo color, una polera blanca y un polerón azul.

Su hija, le dijo que se veía muy mal con lo que usaba cotidianamente, así que lo obligó a cambiar su estilo de vestimenta cotidiana. Gracias a su hija, varios de sus malos hábitos fueron cambiados.

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⏰ Última actualización: Apr 28 ⏰

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