Pudrete, muerete, largate, porque me obligas a oirte,a vivir, a verte, no quiero oírte mas por favor, no quiero oírte, cada palabra tuya derrite mi mente, solo quiero que te des cuenta, que soy feliz lejos de ti, solo sientes odio hacia la gente, quiero huir y no puedo, me obligas a estar presente, con lo bien que se está ausente.
Ningún patio es perfecto, pero me conformo con la pelea que tienen mis ojos y mi mente.
Un dia, decidí visitar otros patios. Hay una planta, blanca, poco común entre la gente, que fea es la cabrona. Con sus raíces acopladas en la tierra del patio. Esta planta se alimenta de la tierra seca, cuanta mas tierra tiene, mas fuerza tiene.
Una de tus ramas me agarró del tobillo, del brazo, otra del cuello y la última de los parpados, dejándolos abiertos, para que mis ojos te tengan que mirar, pero mi mente no te observa, mi mente no, ella ha abandonado a mis ojos. Mis ojos la echan de menos, se sienten solos. Mi mente tiene remordimientos, eran su mejor amigo.
Mi cerebro no sabe que hacer, está harto de aguantar sus discusiones.