𝐆𝐨𝐨𝐝𝐛𝐲𝐞, 𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐬𝐡 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭

Goodbye, My Danish Sweetheart

"No hay nadie mejor que tú"
Le repitió su hermano menor, intentando demostrarle cariño a su gemelo.

Muichiro Tokito y Yuichiro Tokito, un par de jóvenes gemelos que vivían solos en una pequeña casita, sufriendo las consecuencias de la reciente pérdida de sus padres, su madre por enfermedad, su padre por un accidente.

El acontecimiento les había dejado, obviamente, marcados de por vida, su relación había empeorado por las responsabilidades que ambos debían tomar, se tenían que distanciar si o si.

Pero el dulce hermano menor, Muichiro, siempre intentaba remediarlo, queriendo llamar la atención de Yuichiro con constantes palabras de buena intención y acciones cariñosas. Pero Yuichiro rechazaba ambas cosas con crueldad, pues su estrés era tanto que la "interrupción" de Muichiro en las actividades diarias le hacían enojar.

Pero Yuichiro realmente no quería emitir tales insultos.
No quería decirle que era un inútil, y menos quería gritarle todo el tiempo. Pero realmente sentía que no podía controlarlo.

Lloraba todas las noches a escondidas del menor, detestaba tratarlo mal, extrañaba a sus padres, sentía presión.
Pero haría cualquier cosa para mantener a Muichiro con vida.

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"¡Yui!"
Gritó el menor, despertandose por completo al ver a un humano atacar a su hermano.

¿Humano?, ¿Monstruo?, Muichiro no lo podía diferenciar.

El ver cómo cortaban el brazo de Yuichiro, el escuchar su alarido de dolor, el ver cómo aquella figura se acercaba a él..

Muichiro quedó en shock por unos segundos, rápidamente acercándose a su hermano para sostenerlo por puro instinto.

La persona, más bien demonio, comenzó a decir algo, pero él no lo podía escuchar, su mirada fija en la herida que tenía Yuichiro.

Muichiro gritó, y su visión se oscureció, no recuerda que pasó en esos segundos, minutos, u horas donde peleó con aquél demonio.
Solo recuerda volver a casa arrastrándose, lagrimeando ante el dolor físico y mental, buscando la calidez de su hermano.
Deseando que todo sea una simple pesadilla cuando vió como Yuichiro se ponía más y más pálido.

"Dios... Buda.. Cualquiera.... No te lo lleves..." susurraba, cada vez de manera más silenciosa "Muichiro... Es un buen niño..."

El menor de ellos extendió su mano, sosteniendo con un doloroso cariño la del moribundo, su calor corporal no podía hacer nada ante el frío de la piel del otro.

Yuichiro susurró y susurró plegarias, con miedo de morir, o peor aún, que Muichiro se desangre también.

"Porfavor..."

Y entonces, su mundo se apagó.

Yuichiro murió.
Yuichiro se arrepintió.