⊱𝙋𝙨𝙞𝙘𝙤𝙨𝙞𝙨⊰ - Luzuplay

Prólogo

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Desde hace unos días habían nombrado a Luzu como alcalde de karmaland por trampa, haciendo que Quackity lo dejara de hablar, entendía el dolor que tuvo al ser "traicionado" como el Azabache dijo, y claro, tenía la culpa, pero...

Se sentía bien, tan jodidamente bien, el tener la alcaldía en sus manos lo hacia sentir feliz, podía mejorar Karmaland, algo que nunca logró, ayudar al pueblo con lo que  necesitaban y mejorarlo a mil. Pero ¿como empezaría? ¿Por dónde empezaría?, mientras pensaba y miraba un pequeño libro vacío para poder anotar lo que los constructores necesitaban para poner en construcción el nuevo centro de Karmaland sintió una nueva presencia que desconocía por completo, Alzó la mirada, dándose cuenta que había una persona frente suya.

Un castaño con un mechón dorado que parecía ser una baba que bajaba hacia su frente, con una limpia sudadera blanca, su expresión era una de seriedad, como si el otro tuviera la culpa de otra cosa.

–¿Usted pidió una cita?- preguntó el mayor acomodándose en su silla de cuero

–¿Había que pedir una cita?, Ostia, ahora eres demasiado fino como para que un viejo amigo te visite- Respondió aquel desconocido.

El alcalde Alzó una ceja confundido, ¿conocía a esa persona?, por lo que recordaba, no lo conocía, ni siquiera había visto su cara en ninguna parte. Un pequeño silencio inundó la habitación por unos segundos hasta que el mayor habló.

–¿Nos conocemos de alguna parte?-

–Tal vez si... ¿Quien sabe?- Caminó hacia la mesa del contrario y tomó asiento –Parece que necesitas un asistente, yo puedo serlo-

–¿Y yo por qué confiaría en alguien como tú?-

–Porque soy la única persona con la que puedes fiarte en este momento-

Luzu pensó un poco, Sonrió y se levantó, observó al chico y asintió un poco –Vale, tu ganas. Serás mi asistente- estiró su mano, como si ser el asistente de este fuera un juramento.

El contrario rápidamente se levantó del asiento y le estrechó la mano con algo de fuerza, ambos se quedaron unos segundos así. Al soltar sus manos, el chico mostró una expresión calmada, Aquella expresión hizo que Borja le llegara un escalofrío horrible.

–No te vas a arrepentir de esto- enunció el más menor. Dicho esto comenzó a caminar hacia la puerta de la salida.

–¡Eh!, ¿Como te llamas?- Preguntó el alcalde antes de que fuera demasiado tarde

–Soy Auron, nos vemos mañana, Luzu-

Apenas terminó la frase, Auron abrió la puerta y salió de ahí, dejando solo el portazo de la puerta al cerrarse.

El castaño quedó como bobo analizando lo que acabó de hacer. Le dio el puesto de asistente a un desconocido, cosa que en cierta parte lo reconfortó bastante el saber que ahora tenía ayuda, pero en otra parte podría ser mala idea. Pero no quedaba de otra, ya era tarde para arrepentirse.

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