Siente la monotonía a flor de piel, ¿que diferencian hay entre lunes y jueves?
Absolutamente ninguna cada día tiene la misma tonalidad de gris, donde todos somos simples hormigas pasando por la acera esperando no ser aplastadas. Que aferrado a vivir en la dicotomía capitalistas, dormir y dormir a medias pensando en las deudas para posterior a esto tratar de despertar con la máxima energía y cumplir con lo mínimo; que hasta esto resulta heroico en mi contexto. Soy menos últimamente que un trozo de hoja que se deja llevar por el viento, pues al menos está danza y siente la brisa en su cálida muerte; por mi parte...
Soy, soy y estoy aquí siendo nada. Trabajo, como, y hago como que río con mis colegas, pero ¿cuál es el punto de esto?.Yo no soy de aquí, vine a esta ciudad para poder pagar el tratamiento de mi madre, sólo la tengo a ella y ella a mi. Rento un cuarto que tiene baño compartido con los demás "loft". Pago sólo el mes, pues no hay nada que anhele más mi corazón que regresar a mi hogar, ahí donde si se puede respirar, no hay este constante sentimiento de asfixia cuadrada. No puedo hablar con mi mamá, pues no tiene línea telefónica, menos aún celular. Le mando cartas, como si de 40 años atrás se tratara para mucha gente. Pero eso significa qué hay un trocito de mi alma en cada papel que le envío y ansío su respuesta con su letra que huele a ella.
El último mes no recibí nada de ella, esto incrementó mi hastío por todo y todos, me complica aún más esconderlo. Me pregunto, ¿estará bien?
Voy a un Oxxo para comprar un celular desechable y llamar al vecino (Don Esteban) que si tiene línea telefónica y todos nos sabemos su número, pues es nuestra fuente de información.
Nada bueno, mi mamá lleva en cama dos semanas, parece que algo paso con el dinero que envíe que simplemente no llego... siento como se me cierra la garganta y me palpita la cabeza, necesito ir. Necesito verla, sin pensar mas, solo voy por mis pocas pertenencias al "loft" y lo que yo tenia de ahorro extra, pasó a comprar mangos, mi mamá ama los mangos y de este tamaño no se encuentran allá. Seguro que le levanta el ánimo.
Ya en la estación, subo el primer camión que sale. Tarda 23 minutos, pues viene retrasado, al abordar me entra una llamada, del único número que tengo en el celular.
-Se nos fue, se nos fue la prietita... Lo siento mucho, 'mijo...
Estas palabras me dan una sensación de lejanía, como si no fuera yo quien se está parando de su asiento con una bolsa de mangos y una mochila para gritarle al chofer que me baje.
Y ahí... sentado sin hogar al cual ir, nadie con quien regresar, ese momento siento que siquiera el sol me calienta, hay un abandono tal en mi... que yo ya ni soy yo, soy solo un hombre gris, en un mundo gris...