VI. Extra IV. Wei Ying (Bitácora 13)

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Wei WuXian no podía explicar con palabras cuánto le gustaba ser visitado por Lan Zhan.

De alguna manera la presencia de Lan Zhan flotando a su alrededor le daba ánimos, mejorando su humor; ayudando, indirectamente, a sobrellevar la pesada carga habida sobre sus hombros. Después de todo, el compromiso con su profesión y los proyectos pendientes no era algo sencillo de sobrellevar.

Teniendo que atender convocatorias para el financiamiento de nuevos proyectos, cumpliendo las fechas límites para entrega de avance en sus prototipos; y por supuesto cumpliendo con las solicitudes del grupo Lan quienes inesperadamente pusieron particular interés en negociar las patentes de sus diseños de prótesis inteligentes para su hospital.

Wei WuXian no podía afirmarlo tan a la ligera, pero apostó a que eso fue obra de Lan XiChen, director ejecutivo del grupo Lan para mantenerlo ocupado, fuera de la vista de Lan Zhan.

Lo cual fue una tontería. La sobrecarga laboral en Wei WuXian no fue impedimento alguno para alguien tan terco como Lan WangJi, incluso tomó todo el asunto como algo personal.

Sabía que Lan Zhan se sentía solo; no quería que Lan WangJi pasará su tiempo sintiéndose abandonado en casa, por ello le había prometido desconectarse del mundo apenas llegar a casa. Nada de llamadas, ni conferencias o reuniones virtuales con sus colegas.

Después de todo, lo que más deseaba al llegar a casa era la comida de Lan Zhan que preparaba de acuerdo a sus gustos, y su apasionada atención.

Wei WuXian no había tenido un hogar al cual pertenecer por años, su morada era un sitio impersonal destinado a descansar por las noches, por lo que casi nunca estaba en su casa, prefería dormir en el laboratorio, en su oficina y comer cualquier cosa que encontrase en la cafetería de la universidad.

Wei WuXian reflexionó. Tener a Lan Zhan en su vida fue la manera en que enderezó su camino. Encontrar orden para su agitado estilo de vida. El joven maestro Lan era temible y feroz, y daba esa mirada capaz de eliminarlo de la faz de la tierra si le escuchaba hablar sobre saltarse comidas o perder horas de sueño.

Se había convertido en un hombre doméstico y Wei WuXian apenas tenía fuerzas para quejarse de su condición.

Wei WuXian saldría de la oficina razonablemente temprano, siempre y cuando no hubiese demasiado papeleo por entregar. Aun si hubiese papeleo Wei WuXian escaparía de sus responsabilidades y lloraría a Wen Qing por la mañana para que perdonara el informe tardío.

Fantaseo en medio del corredor. Bien podía aprovechar para comprar algún postre para Lan Zhan de esa cafetería con logo de conejo; todo lo que deseaba era ver esos bonitos ojos dorados iluminarse de sorpresa.

Entonces sería recibido en casa por Lan Zhan y le diría " Bienvenido " aferrándose a él en un abrazo tierno.

Se abofeteó, ¿a quien rayos engañaba?

Lo más probable es que Lan Zhan lo enviase a tomar un baño y le advirtiera que olvidó la fiambrera en su oficina otra vez.

Estaba jodido. Era un hombre de más de treinta años atormentado por un mocoso de dieciséis años. Un hermoso hermoso mocoso que era capaz de retenerlo contra las superficies e intimidarlo.

Wei WuXian suspiro ; ganado la mirada curiosa de algunos pocos colegas.

Como aquel día había olvidado un par de expedientes en su estudio llamó a Lan Zhan a última hora de la mañana al verse incapaz de abandonar su turno para recuperarlos. Lan Zhan había accedido a llevarlos sin demasiado problema; después de todo no tenía clases por atender y había pasado la mayor parte del día mimando a los conejos, practicando el guqin y revisando notas para sus exámenes de clases irregulares.

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