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Corre, corre hasta que llegues a él, es lo único que rondaba por mi mente mientras mis pies me llevaban por ese denso bosque. No sabía ni a dónde me dirigía ni a quien se refería esa voz en mi cabeza, yo solo seguía corriendo.
Estando en ese inmenso bosque me sentía extraña, mi lugar estaba en la arena del desierto entre el abrasador calor y las duras noches que solo el cielo y la luz del fuego iluminaban entre el largo pasó del viento que reinaba cuando se le venía en gana y los pueblos solo eramos invitados en su hogar. En donde la gran madre se manifestaba en formas majestuosas entre los manantiales sagrados al igual que al darnos la gracia de ser jinetes de los Papalukan. Para otros un lugar hostil pero para mí era mi hogar por lo que no entendía el porque estaba en el bosque.
Todo cambio cuando empecé a escuchar pasos detrás mío, siguiéndome, cazandome sin yo saber el motivo. Mi andar se detuvo porque mis pies tropezaron ocasionando que esas pisadas cesarán y una espada me aputanra a la garganta.
El rostro del hombre que me apuntaba no era claro lo único que podía distinguir era que sus rasgos como los míos dejaban claro que nuestro origen provenía del desierto en especial el tatuaje en su brazo y su vestimenta al igual que ese anillo que llevaba al final de la cola, era uno de los míos, ¿acaso ese sería mi mi final?
Sentía el filo de la espada en mi garganta que limpiamente realizó un pequeño corte que sangro y lentamente esa sangre fue bajando a mi pecho; mis orejas se pegaron a mi cabeza en señal de mi miedo como respuesta a esa intromisión, sentí que mi vida acabaría ahí mismo.
El destino es un amigo y un enemigo pero decidió ser mi amigo, está vez, una flecha le había dado en la cabeza a aquel hombre por lo que gire mi cabeza a el lugar donde había provenido mi salvación o mi salvador.
—Neteyam—
Y desperté, mis ojos se abrieron, descubrí que no estaba en el bosque estaba en mi habitación, en mi tienda no estaba en ningún bosque.
Mis reflejos hicieron que me llevara la mano al cuello buscando aquella herida que había recibido no encontrando nada por lo cuál solté un suspiro de alivio, me senté en mi tapete pensando en quien era ese joven que vi en mi sueño y porque sabía su nombre. Mis pensamientos fueron interrumpidos por los golpes en mi puerta.
— AKCA— era Burcin y probablemente también Dundar— AKCA GHAZI, ABRE LA PUERTA O LA VOY A TIRAR.
Definitivamente ya no estaba en un sueño, esa era Burcin mi maestra del clan, regresandome a la realidad, me levanté rápidamente a abrirle la puerta; ha estado conmigo desde que cumplí los diez años enseñándome sobre cómo ser una mujer Kum'ayi a la perfección ahora siete años, después ha hecho un gran trabajo sino, no sería una de las tres cabezas de los telares. Al ser hija del Olo'eyktan de Kum'ayi y como futura Tsahik tengo que ganarme un lugar en el clan lo que he logrado de a poco y me enorgullece bastante ser útil a mi gente no solo cumpliendo con mis tareas de Tsakarem.
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Distancia de Arena (AVATAR: THE WAY OF WATER)
FanfictionAlguien, una vez, me dijo: "el amor, la paz y la guerra, no duran para siempre pero su duración, es confusa e incluso dolorosa"... Yo no comprendía el significado de estás palabras; hasta que la Gran Madre decidió, que yo estaba lista, para saber qu...