NOVEMBER RAIN ── YUNHWA

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STEALER PT 2

no creo que sea necesario que lean la primera parte de stealer, pero por si quieren leer, se encuenta disponible en mi perfil !!

Así eran las cosas entre los dos, solían tener sus encuentros en secreto cuando Minkyung se iba de viaje por varios días. Encuentros que ninguno quería que terminara, anhelando quedarse así todos los días de sus vidas y no unas pocas veces al año. Tal vez, si Seonghwa no temiese tanto a lo que Kim pudiera hacerle a Yunho, a los dos, aceptaría gustoso el irse lejos con él.

Antes de que Yunho llegara a poner su mundo de cabeza, su vida era triste, opaca, no tenía sentido alguno. Pero cuando lo hizo, en el momento en que se le dijo que aquel hombre le haría compañía a todos lados cuando Minkyung no estuviese cerca, que sería hasta su sombra, no sabía que después no iba a querer que se separase de su lado nunca más.

Lo recuerda perfectamente porque se había reído de su esposo, él no necesitaba a un guardaespaldas y mucho menos a una especie de niñera, sabía cuidarse solo, pero en sus propias palabras: «No puedo permitir que la joya más preciada que tengo le pase algo y sea mi culpa». ¿Por qué cuando Seonghwa no era nada más para él que eso? Un simple objeto al que le gustaba mostrarle a los demás que le pertenecía. Y Seonghwa estaba harto, no soportaba más el tener que seguir compartiendo hasta el mismo aire que ese sujeto. Lo aborrecía, le causaba tanto desprecio que se lamentó el no poder cambiar su situación, quería ser libre, pero estaba atado como un ave en una jaula.

Por eso había reunido en ese entonces la mayor cantidad de prendas que no gritaran a simple vista lo costosas que lucían, que no eran muchas, las guardó en un bolso de mano junto a otras cosas básicas que podría necesitar e intentó huir de su triste y dolorosa realidad. Pero no pudo avanzar un paso más allá del lujoso apartamento en donde residía cuando se dió de bruces contra el pecho de Yunho. El rubio era apenas unos centímetros más alto que él y eso era algo que tampoco le había agradado en un principio de Yunho, porque lo hacía sentir pequeño e indefenso y a Seonghwa no le gustaba sentirse así.

—Es muy tarde para salir, ¿no lo cree, señor Kim? —Su voz, tan sedosa como el terciopelo, que le causaba escalofríos por el tono tan meloso que empleaba cuando le dirigía el habla. Le daba rabia el efecto que tenía sobre él.

—No me vuelvas a decir de esa forma otra vez. —masculló entre dientes—. Y, no es de tu incumbencia si salgo o no.

Yunho se mantuvo impasible a pesar de la evidente molestia de Seonghwa. —Lamento decirle, señor Park, que sí me incumbe ya que fue su esposo el que me contrató para eso.

—Por mí Minkyung se puede ir al demonio, ah, y aprovechando, ¿por qué no vas tú también? Ahora dame las llaves del auto. —le extendió una mano esperando que acatara su orden.

—Me temo que no puedo hacer eso.

—Yunho, ¡solo dame las malditas llaves o te juro, haré que te despidan! —gritó exaltado, él solo quería marcharse de ese lugar tan horrible para más nunca volver, pero Yunho le estaba retrasando y complicando todo—. Por favor... —le suplicó al notar que el menor ni siquiera se inmutó ante su lamento.

—A menos que tenga que reunirse con su esposo, cosa que dudo, no es conveniente que esté solo por ahí tan tarde.

Seonghwa se pasó una mano por el pelo, frustrado porque no había manera alguna de que Yunho le dejara ir.

—¿Qué tengo que hacer para que me hagas caso? ¿Debo decirle a Min que estás desobedeciendo una orden?

—No creo que la orden sea permitir que se escape. —respondió tajante.