Everything, Everything. Klaroline

Nothing, Nothing 1

Nothing, Nothing by Anya-Paradox.

Es solo un capítulo.
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Caroline se despierta gritando, tambaleándose violentamente en el estado de alerta. Está medio sentada antes de que deje de hablar, pero pasa otro momento antes de que haga un balance de su entorno.

Es su cama. Su hermosa cama, con sus rayas blancas y azul marino oscuro. Todo en su tocador está en orden, las fotos la miran fijamente como siempre lo hacen.

Todo es perfecto. Excepto por el hecho de que él está allí, sentado en su lado de la cama, con los pies en el suelo y la cabeza entre las manos.

"Klaus". Ella dice.

Él se estremece visiblemente, y cuando se sienta y gira la cabeza para mirarla, Caroline se da cuenta que por primera vez ve lo viejo que parece en este momento. Anciano de dolor y horror.

"Tú no me llamas así".

Es su turno de estremecerse.

Se miran el uno al otro, la electricidad salta entre ellos. Caroline no puede por su vida decidir qué hacer, y ella siempre, siempre es la que decide. Nik, o Klaus... la observa atentamente, como si esperara que corriera, gritara o atacara. Ella lo odia.

"No lo sé—" un sollozo se atasca en su garganta pero se obliga a terminar, "No lo sé... ¿estamos en casa?"

Solo entonces Nik se mueve, deshecho al ver sus lágrimas. Y eso... eso más que nada le demuestra que es él. En unos momentos él está agachado en la cama, envolviéndola en sus brazos, el lugar más seguro del mundo.

"Estamos en casa, estamos en casa", susurra en su cabello, y todo sobre esto es familiar, "Estamos a salvo. Somos nosotros, y estamos a salvo, y nada de eso fue real".

Caroline llora hasta que no puede más y luego vuelve a levantar la cabeza. Nik se ve absolutamente destrozado y, por primera vez, olvida lo difícil que es para ella porque debe ser mil veces peor para él.

"¿Cuánto recuerdas?" Ella pregunta.

Palidece visiblemente, los ojos azules bailan con sombras, "Todo. Todo lo que hice, todo lo que hizo él".

"No fuiste tú", dice Caroline, porque está segura, al menos, de esto. "No fuiste tú. Y no fui yo. Nosotros no hicimos esas cosas, Nik. Lo sé, y tú también deberías".

Cierra los ojos por un largo suspiro, y cuando los abre fuerza una apariencia de sonrisa en el rostro que ella conoce tan bien como conoce el suyo propio.

"Te amo", dice, y se siente tan perfecto como cada una de las miles de veces que ha dicho esas palabras.

Caroline intenta olvidar a Klaus, olvida sus juegos malvados, sus ojos amarillos y todas las cosas horribles que hizo. Mira fijamente a Nik, el hombre que conoce mejor que ella misma, y ​​recuerda bailar, sus manos seguras y la forma en que la ama.

"Yo también te amo."

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Por supuesto, no es tan fácil. A pesar de que todavía es la mitad de la noche, Caroline se arrastra de la cama y se ducha, a pesar de que tiene horas hasta que tiene que pensar en el trabajo. Nik se vuelve a acostar, intentando volver a dormir. Ella duda de que pueda hacerlo, pero no le envidiará sus intentos.