𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓 / 𝑴𝒆𝒔𝒔𝒊 𝒙 𝑶𝒄𝒉𝒐𝒂 ♡︎

Números

La plática tenía que terminar en algún momento y el momento fue cuando Guillermo notó la hora y tuvo que ir sin muchas ganas a su siguiente clase, el no quería ir, quería seguir con la charla junto a el hermoso chico nuevo que había sido tan lindo con el, pareciese que se habían conocido en alguna otra vida, porque sinceramente no encontraba respuesta a su gran conexión.

Memo ya no tenía más descansos en ese día así que al concluir las clases fue donde Guardado para regresar al departamento que estaban rentando para no estar tan lejos de la escuela, no eran los más lujos pues no contaban con mucho dinero en esos momento para rentar un departamento de lujo.

Memo observaba todo su al rededor para ver sin en algún lugar podía ver nuevamente a esa persona con la que platicó hace solo un par de horas, todo sin éxito pues tal parece que el argentino ya se había marchado de aquella enorme instalación.

Llegaron a su apartamento cansados por el extraño y pesado día, así que tomaron asiento en su pequeña y sencilla sala para poder descansar un rato antes de hacer las tareas que tuvieran que hacer, pero siempre terminaban haciéndolas en clase o en los descansos. Memo seguía pensando en aquel chico, estaba siendo extraño para Andrés ya que tenía un buen tiempo que no estaba tan embobado por alguien.

—Nambre de plano que si estas bien apendejado por el argentino ese Memito — Guardado había observado a su amigo muy distraído, como si estuviera en las nubes o en otro plano existencial en lugar de prestar atención a su alrededor.

—¿Qué? Solo hablamos solo un rato y pues ya eso es todo — Si para algo no era bueno Memo era para mentir y eso cualquier persona que lo conociera al menos un poco lo sabía — Solo estoy distraído y pensando en mi proyecto que te conté hace rato.

—Ajá, y ese proyecto se llama Lionel Messi, no?, al chile Paco Memo, no eres bueno mintiendo, mejor dime que traes con el tipo ese.

—Ya te dije que nada, solo hablamos un rato y eso es todo, no creo volver a hablarle más, fue solo en lo que iniciaba mi clase — Sabía que la mitad de las cosas que dijo eran verdad, probablemente nunca volviera a ver o hablar con él y era desgarrador pues Memo era alguien que tomaba cariño con facilidad.

—Pues si tu lo dices, mejor voy a comprar la cena al Oxxo, ahorita vengo carnal — Respondió mientras se ponía una chamarra por la intensidad tan inmensa del frío que hacía a fuera del lugar.

—¿Qué vamos a cenar hoy? Maruchan de pollo o de camarón? — Al independizarse los dos jóvenes tuvieron que acostumbrarse a ese tipo de comida pues si no lo hacían el poco dinero que tenían no rendía para toda la semana.

—Ayer comimos de camarón, hoy toca de pollo, ¿Quieres una coca o un jarrito?

—Un jarrito de uva, ese sabe más rico que todos los demás.

—Uy se me vas a pedir esa porquería mejor pide un boing de uva, esa madre ni gas tiene — A decir verdad siempre peleaban sobre si el jarrito de uva era un refresco o un jugo y si era rico o no, eran preguntas tontas que hacían para matar el tiempo — Bueno, ahorita veo que compro, ya vengo Paquito.

Al día siguiente llegaron juntos a la escuela, como todos los días tuvieron que tomar diferentes caminos pues tenían horarios distintos, el recorrer la escuela era algo cansado pues las clases siempre estaban lejos de la siguiente y siempre tenías que recorrer grandes distancias para llegar al siguiente salón.

Guillermo tomó las clases con normalidad pues estaba empezando a pensar en diferentes cosas y dejar de lado los recuerdos que lo inundaban de cientos de miles de pensamientos sobre aquel apuesto joven, pero todo se fue al caño cuando al salir del salón lo pudo ver de nuevo, su corazón empezaba a palpitar y sus mejillas tomaban un tono rojo carmín, aparecían las famosas mariposas en el estómago y toda su mirada solo veía a aquel chico ignorando todo su alrededor, sus pupilas empezaron a dilatarse con el paso de los pequeños segundo de deleite.