Stranding in the Dark

Capítulo 1

Stranding in the dark

9/08/20..▌
Newport, Oregon.
0630 horas
Día 0

Aquel día en la playa de Newport fue nombrado el Día Cero. El toque de las trompetas anunció el alistamiento de regimiento a las 0500 horas, como todas las mañanas la tropa se prepararía para sus actividades asignadas, muchos de los soldados esperaban no encontrar otra ballena varada en la playa, el aroma a pescado putrefacto apenas se estaba desvaneciendo del campamento, después de encontrar su tercer cetáceo encallado.
La causa se reportó como un derrame de petróleo, muy posiblemente de un yacimiento, algo bastante inusual en aquella parte del país, pero fructífero para el gobierno. 

Sin embargo, el sol no alcanzó el paisaje, tras apenas alzarse sobre el horizonte, la ciudad costera se cubrió de una densa niebla y el sol no aparecería en al menos quince días más, velado como estaba por incipientes nubes oscuras.

Esa mañana particular el regimiento séptimo de médicos e investigación, ya estaba en movimiento cuando una niebla espesa invadió la playa, el silencio era avasallador, pues no había aves en el cielo y el mar estaba inmóvil, poco a poco y como si tuviera vida propia la bruma fue cubriendo cada parte visible de la playa hasta que a los militares les fue imposible ver más allá de sus narices.

La niebla se metió en cada rincón del campamento de entrenamiento, en el cuartel, en la cocina y hasta la enfermería, invadiendo con su característico aroma pútrido cualquier rincón.

Kurt Schmid el sargento a cargo del equipo médico, percibió de inmediato el aroma de la muerte;  húmeda y putrefacta, como el de petróleo crudo sobre cuerpos en descomposición.

Kurt, con sus años de servicio y carrera militar estaba seguro de que aquello no podía ser una ballena, ni siquiera había salido el sol como para que la carne se pudriera con tanta rapidez.

Sus pacientes en la sala médica, todos ellos civiles, habían sido sacados del mar la tarde que llegó el reporte de una eclosión del combustible, sin embargo, los heridos presentaban quemaduras de primer grado a causa de aquel petróleo del que aún se desconocía su procedencia real.

Los pacientes más graves habían sido enviados al hospital de especialidades más cercano, mientras él se encargaría de estabilizar a los menos afectados.

Después de dar un último vistazo a sus pacientes, Kurt, caminó hasta el límite del campamento donde varios soldados miraban hacia el Este intentando ver más allá de la difusa línea de la playa, donde el mar se había retraído descubriendo parte del fondo marino.

Había en el cielo una especie de capa oscura como un humo espeso, diferente a las nubes de lluvia común. Como si estuvieran bajo una tormenta de carbón y humo.

—¿Hay algo ahí? — Kurt preguntó llamando la atención de algunos soldados, pero sólo otro de los sargentos que estaba ahí respondió, mientras los demás seguían con la vista en el mar.
—Los muchachos dicen haber visto personas flotando sobre el mar, a unos veinte pies “Doc”, yo digo que sólo es bruma. —dijo el sargento Gordon con quien Kurt había servido en Somalia y a quien conocía bien.
—Sargento Gordon, Schmid— escucharon la voz de su superior.
—Capitán — respondieron los sargentos mientras todos hacían un saludo al Capitán Unger, líder en primer grado de ese pequeño escuadrón de inteligencia e investigación.
—Sargento Gordon entregue las gafas infrarrojas y ordene que todos usen máscaras antigás— dijo con voz marcial.
Con un “sí señor” formal, Gordon comenzó a dar las órdenes para armar las filas y equipar a la tropa —Schmid vaya por el registro de la enfermería y llévelo a mi oficina en diez minutos.
—Sí señor— contestó Kurt con un marcado asentimiento.