Prólogo

425 25 1
                                    

POV MAYA

- No puedo más con esto.

- ¿Crees qué yo sí? - le pregunté con mala cara, sintiendo que mi enfado aumentaba por momentos. -¡Crees que a mí me gusta llegar a casa todos los días para discutir contigo? Estoy cansada de esto como tú-

Se quedó callada, observándome con frialdad. Volvió a hablar al cabo de varios segundo, en los que sólo pudimos escuchar el tic-tac del reloj.

-Entonces, tal vez debamos ponerle remedio-

-¿De qué estás hablando?- Ya intuía la respuesta, pero sólo porque yo misma había dado la posibilidad.

-Quizá debamos divorciarnos- musitó Carina, como si no estuviera del todo segura de lo que me estaba diciendo.

-¿Crees que así solucionaremos nuestros problemas?-

-No, pero por lo menos dejaremos de discutir-

-Discutimos porque así lo quieres-

-¡Eso no es cierto! - gritó, cerrando los puños a sus costados - discutimos porque hace mucho tiempo que hemos dejado de ser un matrimonio, pero sobre todo porque has dejado de ser una buena madre-

Abrí los ojos desmesuradamente, incapaz de creer lo que acababa de oír.

- ¿Qué? ¿Acabas de decir que soy mala madre? -

-Te la pasas la vida trabajando, Maya... Emilia quiere pasar tiempo contigo, pero tú nunca puedes porque tienes que trabajar. Los domingos, los únicos días que puedes estar con ella y conmigo, los pasas encerrada en el despacho, hojeando apuntes y preparando los juicios-

- ¿Y qué quieres que haga, Carina? Ese es mi trabajo- rebatí, empezando a cabrearme.

-Podrás haber intentado compaginarlo con tu familia, pero está claro cuáles son tus prioridades-

- Mira, cuando heredé la empresa de mi padre ya sabías que no podría pasarme los días jugando a las casitas con Emilia -

-Yo no te pedí que lo hicieras. Sólo quería que sacaras tiempo para ellas, pero no pudiste, ya que ni siquiera has sido capaz de mantener a flote nuestro matrimonio -

- ¡No te atrevas a culparme de a ver roto nuestro matrimonio! - grité acercándome a ella un par de pasos - Si nuestra relación está rota no ha sido sólo por mi culpa -

- ¿Ah no? Dime de qué soy culpable pues - me pidió, cruzándose de brazos.

- Puede que yo me haya volcado demasiado en mi trabajo y las haya ignorado un poco a ti y Emilia, pero yo no voy por ahí tonteando con mi ayudante. Sé lo que hay entre tu y Owen -

- ¿De qué estás hablando? ¡yo no tengo nada con Owen! - me gritó Carina, moviendo las manos nerviosamente.

- ¿De veras? ¿y qué son esas llamadas de madrugada? ¿y por qué te escondes siempre que te llaman del trabajo? ¿es que crees que soy imbécil o qué Carina? -

- Yo no me escondo cuando me llaman del trabajo, simplemente necesito tranquilidad, y con Emilia a mi alrededor eso es complicado. Porque yo, al contrario que tú... sí que paso tiempo con nuestra hija -

- ¡Deja de meter a Emilia en esto! Estábamos hablando de tu relación con Lucho, no cambies el tema -

- ¡Pero si has sido tú la que ha cambiado el tema! -

Me rasqué la frente y respiré hondo, porque no podría seguir aguantando aquella conversación tan estúpida.

- Mira... sabes que yo siempre he querido lo mejor para ti y para Emilia, por eso me he volcado tanto en el trabajo, para llevar bien el bufete y para poder darles una buena vida -

El frío del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora