christmas koo ★ jikook.

dos : ☆

— oh, jimin.

— ¿qué sucede?

— oh, jimin — dijo de nuevo apretando su brazo.

— jungkook.

— estoy muriendo de nervios — chilló mirando la puerta frente a ellos — ¿y si no les agrado y piensan que no soy suficiente para ti? no, no, no. creo que no es muy tarde para regresar.

— jungkook tenemos las maletas aquí, y créeme que eso no pasará, bonito. mis padres te amarán tanto como yo, es imposible no caer ante ti.

— ¿seguro? — preguntó con desconfianza y sus ojitos de ciervo brillando bajo la noche — no quiero arruinarlo...

— amor, confía en mí. eres el mejor chico. tan bueno y bonito.

— te amo — pronto lo rodeó y jimin trató de transmitirle seguridad.

— te amo mucho más y lo sabes pequeño berrinchudo.

escucharon la puerta abrirse y jungkook saltó en su lugar. una pequeña mujer de cabellos castaños se asomó por ella. parecidísima a jimin, por lo que dedujo que se trataba de su madre.

jimin lo notó tensarse.

— ¡hijo, que alegría verte! — exclamó entonces. en verdad se veía contenta — oh, tu debes ser mi lindo yerno ¿jungkookie, no es así?

el mayor casi se echa a reír cuando su lindo novio asintió como un cachorrito regañado, buscándo refugio en su madre.

— mamá, él es jeon jungkook, mi novio.

la madre no pudo responder, pues una voz detrás de ella habló.

— escuché la palabra novio y mira nada más ¿quién es este muchacho tan guapo?

— hola papá — saludó jimin, empujando a su novio delante para que hablara— este es jungkook, tu yerno.

— h-hola, un gusto conocerlos — jungkook repitió cinco veces la reverencia como robot antes de volver a jimin.

jimin sonrió.

sería una linda noche.

la familia estaba finalmente cenando. después de acomodarse en la habitación de jimin. jungkook había retocado su maquillaje sutilmente y jimin se había cambiado, luciendo un traje negro que había hecho al menor babear y por qué no, querer encerrarlo en la habitación y quitárselo él mismo.

pero estaban comiendo pavo y pastel así que estaba bien por ahora.

después se las arreglaría con jimin.

— jiminie — lo llamó en voz baja.

— ¿qué pasa? — jimin estaba tragando como nunca. el pavo estaba delicioso y jungkook lo sabía, motivo por el cual quería comer de nuevo.

aunque había un pequeño problema: le daba pena pedirlo.

— ¿puedes servirme un poco más de pavo, por favor? — murmuró suavemente.

no quería parecer como un comelón, aunque lo era, él amaba la comida. pero causar una buena impresión estaba en sus prioridades y parecía estar llevándolo bien hasta aquel momento.

él se preguntó si jimin había estado igual de nervioso cuando le presentó a sus padres.

— tómalo, koo. mamá no dirá nada.

— no quiero.

jimin dejó de comer y centró su atención en él.

— ¿no quieres comer más?

— no, si quiero pero...

— ¿pero? — insistió.

— p-pero...— bajó la mirada sonrojándose, incluso decirlo le causaba un poco de nervios — es que me da pena.

jimin asintió.

jungkook sonrió, feliz. pensó que su novio le serviría.

sin embargo...

— mamá, koo dice si puedes servirle un poco más de comida, quiere pero le da pena pedirlo.

¿que él qué?

— ¡jimin! — gritó el castaño, por que eso había sido tan vergonzoso.

los presentes rieron y la mujer tomó el plato de jungkook, sirviendole una porción más.

tímidamente la aceptó cuando se la pasó.

— g-gracias, señora park — trató de hacer una reverencia pero casi tira la copa de vino — ¡ay!

— relájate, tonto — jimin dijo, dándole una sonrisa juguetona, de esas que le encantaban — estás muy nervioso  tranquilo.

— eres un chico muy lindo jungkook, por favor siéntete en confianza — el señor park le sonrió — estamos más que encantados con tu presencia. eres tal cuál como mi hijo te describió.

— cosas buenas, espero.

— en realidad dijo que eras un mocoso berrinchudo.

— ¡jimin! — gruñó señalándolo con su tenedor — eso es mentira, su hijo es el verdadero mocoso, yo se lo puedo confirmar. es un tonto que ama burlarse de mi ¡incluso en las redes sociales me humilla!

— no necesito humillarte en redes, tú ya lo haces — soltó con burla. koo lo pateó por debajo de la mesa — ¡auch!

— ¡tonto!

— jungkook, escuché que te gusta la navidad ¿por qué no me acompañas a buscar unas galletas de jengibre que dejé en el horno? — la señor park se levantó, invitándolo. jimin abrió los ojos.

esa era la señal.

oh, dios. lo había olvidado por un momento.

— ¡claro! — ahora su novio parecía más relajado y él, estaba más nervioso que nunca.