Siempre te escuche

—C-Cranel-san —susurro Ryuu mientras pequeñas lágrimas bajaban de sus mejillas—. L-lo siento Cranel-san.

Con sus manos temblorosas tomaba la pálida mano de Bell el cual estaba con sus ojos cerrados en una camilla blanca con unas cuantas vendas en su cuerpo.

Y Ryuu estaba en el mismo estado que Bell, vendas cubriendo las heridas que habían en su cuerpo.

—p-por favor, despierte —susurro mientras más y más lágrimas bajaban de su bello rostro.

El temible calabozo les mostró a ellos dos lo terrible que podía ser.

Pasar solos en los pisos profundos siendo rodeados por temibles mounstros y por la calamidad fue vivir el infierno para ambos.

Sus cuerpos ya no daban para más, ya habían hecho todo lo que podían pero por más que lo intentaron se dieron cuenta que ese lugar oscuro y solitario sería el lugar de muerte para ambos.

Así que entrelazando sus manos ambos fueron cayendo en la inconsciencia en la oscuridad esperando que algún mounstro llegará y los devorará.

Pero para sorpresa de Ryuu cuando abrió los ojos pudo ver qué ya no estaba en el calabozo.

En ese momento supo que estaba en el hospital de Dian Cecht, ella había sido rescatada.

Pero eso poco le importo, el rostro sonriente del albino llego a su mente levantándose abruptamente ignorando el dolor en su cuerpo.

En ese momento solo le importaba una cosa...

Ver qué Bell estuviera sano y salvo....

Como si su vida dependiera de ello Ryuu recorrió cada rincón del hospital para encontrar a Bell, no le importaba nada más. Ella quería ver qué el noble albino estuviera vivo.

Pero antes de encontrar a Bell la bella Airmid se topo en su camino.

Y ella fue la encargada de decirle todo sobre Bell. Unas palabras las cuales destrozaria su corazón.

—Bell Cranel si sobrevivió pero.........pero él esta en un estado de coma indefinido, es muy probable que pasen meses o años para que despierte pero es muy poco probable que despierte pronto...... lo siento —dijo la santa con lastima.

Esas palabras fueron más que suficientes para destrozar la poca esperanza de Ryuu.

El estaba vivo pero muerto a la vez...

No podría escuchar su voz, no podría verlo todas las mañanas en la anfitriona de la fertilidad, ya no podría ver su noble sonrisa.

—lo siento —dijo con su rostro lleno de lágrimas acariciando el pacífico rostro de Bell.

¿Porque él? ¿Porque no fue ella en vez de él?, No lo entendía.

—¿P-porque? —susurro hundiendo su rostro en la cama.

¿Porque la vida siempre es cruel con ella? Primero le arrebató a sus amigas y ahora.....le arrebató a Bell, el hombre que se robó su corazón, el único hombre el cual le podría ofrecer su amor.

—d-despierte Cranel-san.

Desde ese día Ryuu no volvió a sonreír, no lo volvería a hacer hasta ver a Bell abrir sus bellos ojos rojos.

Todas las mañanas sin falta alguna iba al hospital a visitar a Bell con la esperanza de que estuviera despierto, esperanza que desaparecía con cada día que pasaba.

En algunas visitas se encontraba con la familia Hestia pero la mayoria de las veces ella llegaba antes para estar a solas con Bell.

—bueno días Cranel-san —susurro Ryuu al entrar a la habitación.