Todo comenzó con la mudanza de independencia de Harry, alrededor de ocho meses atrás, tras su aceptación en la universidad de sus sueños.
Había tenido un verano atareado ayudando a sus padres en la panadería, terminando su última relación por el engaño del alfa con el que salía; además de, la espera casi interminable por una respuesta favorable por parte de la institución de tercer nivel a la que había postulado.
Harry casi dejó caer la bandeja llena de pan recién horneado cuando su madre llegó hacia él con un sobre en sus manos y una sonrisa en su rostro. Entonces, él absolutamente había sido aceptado e iniciaba sus estudios en menos de dos meses.
Fue difícil decir adiós. Toda su vida en Holmes Chapel tuvo a sus padres y hermana a menos de cinco pasos de distancia, y ahora, con las decisiones que había tomado para su futuro, él se encontraría a más de tres horas en auto.
No sonaba esperanzador para un omega que siempre fue extra protegido por todos; pero, Harry sabía que si quería cumplir sus sueños debía hacerlo.
Él se marchó, acompañado de su familia en esa ocasión, de la comodidad de su casa una semana antes del inicio de las clases. Y ese fue el inicio de todo para Harry.
...
La primera vez que lo vio fue durante la mañana del inicio de sus clases.
Harry había decidido que llegaría con muchos minutos de anticipación a su primera clase, queriendo conocer un poco las instalaciones para no extraviarse en el camino al salón.
Como ahora vivía solo, Harry no se arriesgaría con su aroma; así que, días anteriores a su encuentro con el alfa de sus sueños, él y su madre fueron hasta el médico y pidieron una dosis nueva de supresores de olor. Así él no llamaría la atención de los alfas locos de la ciudad y podría estar mucho más a salvo de cualquier incidente; además de que ahora sus ciclos estarían mejor controlados.
De todas formas, aquella mañana, como Harry terminó bautizando: "El afortunado encuentro", tomó su mochila, su chaqueta y sus llaves para marcharse hacia el inicio de su brillante futuro como chef, sin saber que, en menos de un minuto de haber puesto un pie fuera de su apartamento, se encontraría con la viva imagen de sus sueños.
Era un alfa —no había duda de aquello por su fuerte aroma a chocolate amargo— y no más alto que él, con el cabello despeinado y echado hacia un lado, con una fina barba cubriendo su mandíbula y una sonrisa amigable en sus labios. Harry permaneció estático por un segundo, sin respiración y con los labios ligeramente separados formando una pequeña "o"; fue cuando sus ojos hicieron contacto con los del desconocido que sintió sus piernas temblar.
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A hurricane behind the door (l.s.) A/B/O
FanfictionHarry cierra sus ojos con fuerza cuando toca la puerta del otro lado del pasillo, y suspira cuando escucha pasos acercarse. El omega plasma una sonrisa en su rostro con anticipación, y esta se convierte en una mueca cuando una mujer de cabello rubio...