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2192 palabras.

HITOMI DESATÓ LOS LAZOS DE SUS zapatillas, y las retiró de sus pies para luego meterlas en su mochila

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HITOMI DESATÓ LOS LAZOS DE SUS zapatillas, y las retiró de sus pies para luego meterlas en su mochila. Después de eso, sacó otro par diferente de zapatos, tenis y se puso una falda rosada.

Su práctica de ballet recién había terminado, por lo que no era de extrañar que su cuerpo estuviera rodeado de sudor. Hitomi agradecía mentalmente que su falda rosa, y crop top blanco fueran lo suficiente delgados para no matarla de calor, pero ganas no le faltaban de quitarse el maldito short de protección bajo su falda.

Salió del lugar y caminó unas cuantas cuadras hasta llegar a unos de los más grandes hospitales de la ciudad. Sonrió al ver a su amiga en la entrada del lugar esperándola.

— ¡Sakura! —exclamó Hitomi hasta llegar a los brazos de su amiga.

Su única amiga, quien no había huido al enterarse que era hermana del chico acosado de la escuela, y mucho menos huyó de ella al enterarse que Niragi se había vuelto un tipo de mierda.

Sakura rio e invitó a su amiga a pasar. Sakura trabajaba como pediatra en este hospital. A causa de que pasaba gran parte de su tiempo en el lugar, Hitomi llegaba a visitarla en su trabajo para despejarla un rato.

— ¡Es grandioso! Eres una gran doctora, Sakura. —Dijo agarrando del brazo a su amiga. Acababa de contarle que una operación que realizó había salido de maravilla. — me alegra que te este yendo bien en el trabajo.

— ¿y tú? ¿Que tal el ballet?

— ¡Mi maestra dice que cada día mejoro, más y más! Esta pensando en enviarme a una competencia de nivel nacional.

Tal vez Hitomi y Sakura no se daban cuenta, pero la forma en la que la menor se expresaba era demasiado ruidosa. Tal vez demasiado para encontrarse en un hospital.

— Sakura. —llamó la atención un doctor que iba pasando justo por el lugar. Miró unos segundos a Hitomi, y luego desvió su mirada a la doctora. — el respeto al hospital es lo más importante, lo sabes, no están dejando descansar a los pacientes.

Hitomi se sonrojó un poco al saber que era ella quien hacía tanto alboroto en el lugar. Aveces era demasiado difícil para ella callarse, pues era una persona demasiado expresiva.

Lo peor es que no era la primera vez. Así que seguramente la próxima vez que entrara al hospital sería en una camilla, porque de resto, pronto le prohibirían la entrada.

— lo siento. —dijo la menor haciendo una reverencia. — ya me voy. —dijo avergonzada, sin atreverse a mirar al hombre.

El doctor la miró y con desinterés siguió su camino.

— es un tanto grosero..

— y engreído también. —respondió Sakura. — pero me parece raro que directamente no te saque, si no que solo te dé advertencias.

𝐃𝐈𝐓𝐓𝐎 ✘ 𝐂𝐇𝐈𝐒𝐇𝐈𝐘𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora