Daisy
Hoy empecé el día emocionada, hace días Thiago me había contado que vendría un nuevo inquilino, y yo como administradora pedí ser la primera en darle la bienvenida
Estuve en la cocina con unos documentos y mi computadora cuando escucho que tocan el timbre, así que bajé para abrir la puerta- Ey hola! Bienvenido a la residencia Kunst -le sonreí-
Noté que se me quedó viendo de pies a cabeza, ¿Andaba algo mal? O quizás no le caí bien. Ay Daisy, apenas y te acaba de ver, tranquila
- ¿Hola? ¿Está todo bien? -lo miré y fue cuando reaccionó y me miró-
- ¡Sí sí! Perdón, ahm hola.
- ¡Un gusto! Yo soy Daisy, la administradora -le di mi mano-
- Qué lindo nombre -tomó mi mano en forma de saludo y le correspondí- yo soy Pietro -me sonrió -
- Bueno Pietro, una vez más bienvenido -sonreí y le mostré un juego de llaves- ten, estas son las llaves de tu habitación. -se las di-
- Gracias, estem... -intentó asomarse como buscando algo con la mirada-
- ¿Sucede algo?
- No, disculpa -rio leve- ¿Podrías mostrarme la cocina?
- Sí Thiago ya me contó, ¿Sos chef verdad? La cocina es toda tuya. Ven te llevo. -empecé a caminar hacia la cocina-
- Sí soy chef, digamos que si -sonrió respondiendo a mi pregunta mientras me seguía- Muchas gracias.
- No es nadaSonreí aunque noté que él no paraba de mirarme, no me sentí incómoda y fue algo raro, normalmente me siento acosada o avergonzada cuando me miran así, pero esta vez fue diferente, su mirada no era de esas que te juzgaban, era una mirada tierna
- Me encanta, ya mismo empezaré a usarla -rio-
- Perfecto, si tienes alguna duda me podés decir. Tu habitación es la segunda que está arriba hacia la derecha, ¿Quieres que te lleve?
- Está bien, creo que me ubico, nos vemos después -sonrió amable y se fue subiendo las escaleras-Yo me quedé apoyada al marco de la cuenta, no sé porqué yo no dejaba de verlo, es que tenía una vibra y una energía que me llamó la atención, es tan dulce y tan... Alegre y lindo
- Uff ay Daisy ¿Qué fue eso? ¿Qué te pasa? Si Jhon te viera, no te lo dejaría pasar.
- Hola Daisy
- ¡Ay Ana! ¿Qué haces acá? -dije después de sobresaltar por el susto-
- Perdón, perdón -dijo riéndose- Acabo de llegar, no quise asustarte, pero tranquila, no oí la interesante conversación contigo misma.No me había dado cuenta de que estaba hablando en voz alta, muy a menudo me pasaba eso, cosa que odiaba
- Bueno estem... Ya llegó el nuevo inquilino, se llama Pietro. -dije cambiando el tema-
- Qué bien, espero conocerlo pronto. Oye, ¿Te parece si vamos a pasear un rato?
- Mmm vamos...
- ¿Segura que estás bien? Te noto, extraña.
- No lo sé, yo también me siento rara, desde que...
- ¿Desde qué? -preguntó al quedarme en silencio-
- No no nada, olvídalo, vamos.Nos fuimos al parque, yo estaba muy distraída, perdida en mis pensamientos
Pietro
Este día había sido tan largo, sentí que las horas se me hacían eternas y apenas eran las 11 AM, había estado desde anoche en el aeropuerto y tardé unas horas en llegar a Buenos Aires en avión
Vine porque la ciudad tenía una de las mejores universidades para así estudiar derecho, carrera que no me gustaba casi nada, lo mío es la cocina, pero a ese sueño ya me aferraré después
Ahora estaré en la residencia, rodeado de personas de mi edad y esa idea me agradaba, Thiago me había contado del buen ambiente que se sentía acá. Somos amigos desde que éramos muy pequeños, y ahora viviríamos en un mismo hogar, bajo el mismo techo. Con él, con los que seguro me presentará de aquí a un rato y con esa hermosa rubia de ojos verdes, Daisy.- ¿Te gusta tu habitación?
- Thiago no te oí entrar -reí leve después del brinco que di al no darme cuenta de su llegada- Pues sí me encanta, no sabía que sería tan... Espaciosa.
- Bueno, no es mucho, pero creo que es mejor que el pequeño depa en dónde vivías.Sonreí leve mirando la habitación
- ¿Puedo usar la cocina?
- Claro cuando quieras, a partir de ahora es toda tuya.Daisy
Sonó el celular de Ana, le dio una revisada y me miró
- Daisy te dejo ¿Sí? Tengo que dar una clase ahora mismo y ya estamos lejos así que se me hace tarde.
- Claro, nos vemos después, pero me debes ese helado.
- Obvio, nos vemos -me dio un corto abrazo y se fue-Al irse decidí ir al Fundom, uno de mis lugares favoritos
Cuando llegué escuché gritos pero por cierta razón no me preocupé, era Pixie, mi mejor amiga, estaba ahí sentada jugando con su consola gritando como histérica así que fui hacia ella-Ey ey ¿Qué pasa?
- ¡Es que este jugador me tiene harta! Pero hoy no, al fin lo voy a derrotar -dijo concentrada en su muy interesante partida, hace días que estaba obsesionada en ganarle a un tal "Te Besthia" o algo así-
- Ah no Pixie, basta, ¡Estás obsesionada con ese aparato! -le quité la consola-
- ¡No! ¡Daisy! ¡Devuélvemela! -gritó alterada- ¡Estaba a punto de ganar!
- No importa Pixie, pasas casi todo el día jugando y te hace mal aunque no te des cuenta.
- Daisy, devuélvemelo ahora.
- Nop, ¿Y sabes qué? No te lo voy a devolver hasta que termines de leer todo este libro -Saqué un libro de mi bolso y se lo di-
- ¿Qué es esto? -dijo viendo rápidamente las páginas- Un libro de filosofía, ¿Es en serio Daisy?
- ¡Sip! Y más te vale que empieces ahora mismo, porque tiene 158 hojas y no te daré tu consola hasta que las leas todas y cada una de ellas.
- Pero Dais...
- No, pero nada, vamos ¡Pensá en otra cosa que no sea esto, por favor! -dije agitando la consola y luego metiéndola en mi bolso- y cuando termines avísame. -me fui a la terraza y oí que murmuraba cosas mientras empezaba a leer el libro-Pixie es mi mejor amiga, nos conocemos desde que teníamos 6 años y desde ahí somos inseparables, a ella siempre le ha encantado la tecnología y no tengo nada en contra, pero solo quiero cuidar a mi amiga y que no vaya a pasar de un pasatiempo a un vicio, luego me lo agradecerá
Me senté en la banca pensando en lo de esta mañana,y sobre Pietro. Me cayó bastante bien, sé que no lo conozco pero tengo un buen presentimiento sobre ese chico