El Dragon y las gemelas

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Había una vez un dragón llamado Alvanius que vivía en una oscura y profunda cueva laberíntica en las montañas de Vergil, las mas grandes y peligrosas de todo el continente. Aunque era un dragón muy poderoso y temido por todos los habitantes de todos los reinos, desde Asteria al pie de Vergil, hasta Hakun en oriente, Alvanius era también uno de los últimos grandes señores dragon, los llamados primogénitos que nacieron del huevo primordial, aquel huevo dejado por el sol en una era ya olvidada, antes del hombre y cualquier reino, y se sentía siempre solo y abrumado. Aburrido del mundo, del egoísmo, y el falso heroísmo, fue que cierto día, mientras volaba por el cielo nocturno, Alvanius escuchó a dos niñas huérfanas llamando por ayuda, eran un par de gemelas que lloraban, no tendrían mas de tres años. Al verlas abandonadas y sin hogar, completamente solas y tristes como el, Alvanius decidió hacer algo que nunca antes se habría planteado hacer, adoptarlas y llevarlas a vivir con él en su laberíntica cueva.

A pesar de que las niñas eran humanas y Alvanius era un dragón antiguo, pronto se convirtieron en una familia muy unida. "Alva" que era como sus pequeñas le llamaban de cariño, se esforzó por ser el mejor padre que pudo ser, enseñando a las gemelas todo lo que sabía sobre la magia y el arte del combate con espada. A medida que crecían, las niñas se convirtieron en dos guerreras poderosas y leales a su padre.

Sin embargo, a pesar de todo el amor y el cuidado que Alva le dedicaba a sus hijas, él siempre se sentía un poco inseguro de cómo era ser padre soltero. A menudo se preocupaba por no hacerlo bien y por no poder darle a sus hijas todo lo que necesitaran, despues de todo, aunque conocía mucho sobre el corazón y ambición de los hombres, nunca supo sobre su crianza y desarrollo. Pero las niñas siempre le aseguraban que lo amaban tal como era y que él era el mejor padre del mundo para ellas.

Con el tiempo, Alvanius se dio cuenta de que no importaba cuál fuera su apariencia o su especie, lo importante era el amor y el vínculo que compartía con sus hijas. Y así, la familia de Alva se convirtió en una de las más famosas. Las gemelas fueron conocidas como las caballero dragón, hicieron un gremio en Asteria donde ayudaron a sus iguales en cualquier pedido que hicieran, y Alva, usando sus poderes para conjurar una forma humana, les acompaño por siempre.

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