Style | L.S

Capítulo 2

No sabía cómo era posible que el tiempo pasara tan rápido. La mañana llegó y se sintió como si apenas hubiera cerrado los ojos. Una vez desperté, miré hacia el otro lado de la cama, Harry ya no estaba ahí y su ropa estaba en el suelo, la regadera estaba abierta por lo que supuse que se estaba dando una ducha. Mire el reloj y vi que eran las once, era demasiado tarde, si fuera un día normal de clases hubiera perdido cuatro, pero como afortunadamente estábamos trabajando en el proyecto no había problema con llegar tarde; la regadera se cerró y Harry salió del baño con una toalla blanca enredada en la cintura.

—Buenos días, ¿dormiste bien?— preguntó con una sonrisa, ¿cómo era posible que estuviera tan despierto y energético? Habíamos bebido lo mismo y podría jurar que él estaba algo más ebrio que yo.

—Buen día— dije y me recosté sobre mi pecho, pero aún lo estaba viendo. —Siento que dormí cómodamente pero también podría seguir durmiendo otro rato más —él río.

—Bueno, eso pasa cuando tienes resaca y te duermes casi al amanecer, pero tenemos que seguir trabajando, puedes ducharte si gustas y puedes también tomar cualquier cosa que quieras de mi armario, no te fijes en las marcas o en cuánto cuesta, todo es gratis y puedes tomar lo que más te guste, iré a preparar el desayuno— dicho eso harry tomó unas prendas y salió de la habitación, tal vez se iba a vestir en otro lugar.

Me puse de pie y entré en su baño. Había un enorme espejo y estaba empañado por el vapor del agua caliente, lo limpie con una toalla y mire mi reflejo. Lucía horrible, tenía enormes ojeras y mi cabello era un desastre, además de que la ropa de Harry me quedaba enorme; abrí la llave de la regadera y me dí una ducha rápida, y debo decir que fue una de las mejores duchas que había tomado en mucho tiempo. Salí minutos después y me dirigí hasta el armario de Harry que, como era de esperarse, estaba repleto de ropa, era enorme y estaba completamente lleno, muchos diferentes estilos y colores, a decir verdad no sabía cómo era que su sala estaba llena de ropa y su armario estaba a punto de explotar, pero le resté importancia y comencé a buscar. Unos pantalones negros con ollos en las rodillas y una playera negra de manga larga serviría, tuve que doblar el pantalón porque estaba demasiado largo, Harry era como veinte centímetros más alto que yo, por supuesto que me iba a quedar grande su ropa.

Caminé hasta la cocina después de ponerme mis zapatos y ahí estaba él, sirviendo huevos revueltos con tocino en mi plato y vegetales en el suyo, ya estaba vestido y tenía unos pantalones ajustados negros junto con una camisa con estampado de corazones y su cabello caía rizado sobre sus hombros. Me miró con el ceño fruncido por unos segundos, parecía que estaba analizando la ropa que había escogido.

—¿Qué pasa? ¿Así de mal me veo?— pregunté y me senté en la mesa.

—No, no. Claro que no, solo estaba analizándote— sonrió. —En la industria de la moda dicen que la forma en la que una persona se viste es la forma en la que muestra su personalidad, como una tarjeta de presentación— se sentó frente a mí y me dió un vaso de jugo junto con mi plato. —Espero que te guste, no se que te gusta comer pero me diste la sensación de que te gusta el tocino.

—Gracias— le dije y lo miré. —¿Y qué te dice mi forma de vestir? ¿Cuál es mi personalidad?— pregunté y él negó con la cabeza.

—No te puedo decir— dijo y comió un poco de su comida.

—Ya dormimos juntos, ¿qué más podemos perder?— dije y alcé las cejas, el río y giró los ojos.

—Bien, elegiste comodidad antes de glamour, eso quiere decir que no te importa realmente lo que piensen de tí, solo eres quién eres y no te interesan los demás. También escogiste negro, un color simple y seguro, algo que todos usamos con todo, lo que quiere decir que no querías complocarte tanto en elegir qué combinaba con qué, además de que eres simple y no escogiste la ropa por su valor o marca, solo elegiste lo que viste primero y lo que usarías normalmente— dijo y bebió de su jugo.