[𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋]

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☆𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 35☆

Jungkook no recuerda con exactitud lo que sucedió después en la fiesta.
Justamente, cuando miró a jimin partir de ella, siguió a Ámbar al jardín trasero.
Tampoco tiene idea de dónde salió Ámbar o quién la invitó, pero cuando le preguntó a SeokJin, éste le dijo:

-—Yo nog la invitég. -—aseguró por milésima vez, con todo el cereal en la boca mientras miraba televisión. Jungkook apenas logra entenderle a lo que el rubio traga y vuelve a decir—-.
Yo no la invité.
Seguramente escuchó el rumor de la fiesta en tu casa y vino, así como lo hizo jimin.

Jungkook quedó pensando.
Eso tenía sentido...
Pero mientras más lo pensaba, más fruncía el ceño. Recuerda dejarse guiar por Ámbar al jardín para alejarse de jimin. Jungkook está tan abrumado por la discusión que tolera la presencia de ella y ni siquiera se queja cuando ésta toma de su mano.
Y si se pone a pensar con todo y detalles, recuerda que también Ámbar le ofreció un trago y luego Jungkook, para quitarse el estrés, tomó otro, luego otro, y otro, y otro más; hasta ponerse borracho del todo y al punto de que ya no recuerda lo que sucedió después con exactitud.

El día siguiente fue lo peor.
Cuando abrió sus ojos y sintió los rayos de sol penetrando por toda la ventana de su habitación y lastimándole la vista, sintió a su vez unos dolores terribles en su cabeza; como si la estuviesen martillando.
Se estiró por completo; alzando sus brazos y estirando sus piernas hasta el punto que escuchó algunos de sus huesos tronar.
La cama estaba tan cómoda y suave que hubiera querido quedarse todo el día en ella.
Jungkook sentía el olor del cigarrillo, alcohol y sudor incrustándose en sus fosas nasales.
Dios... toda esa combinación era brutalmente asquerosa y por tal hedor hizo un gesto de asco.

"Cigarrillos, alcohol y sudor"
Repitió él en su mente y no tuvo que pensarlo más. Se re incorporó de golpe en la cama.
Pero ese esfuerzo había sido de mala idea, en cuanto lo hizo, Jungkook sintió como si su cabeza estuviera al borde del colapso.
La sujetó con sus manos.

-—Mierda. —-gruñó. Se sentó al borde de la cama y poco a poco volvió a abrir sus ojos.
Miró a su regazo, entrecerrando sus ojos mientras se acostumbraba a la luz, y pudo divisar que solamente tenía el bóxer puesto.

Jungkook casi se puso a orar cuando miró a sus pies el resto de su ropa esparcida por toda la habitación. Pero eso no era lo peor, porque entre ella también habían más de tres prendas femeninas.
A sus pies estaba un sostén color azul marino.
Lo tomó entre sus dedos índice y corazón, y tragando secamente e implorando compasión, lo alzó a su vista, frente a él.

No sintió nada satisfactorio al verlo
Permaneció así unos cuantos segundos, completamente anonadado.
¿De quién era? ¿Qué había ocurrido anoche?

«Por favor, que no sea lo que yo pienso que es... Que no sea lo que pienso» rogó.
Empezó a sentir pánico.
Algo empezó a moverse bajo las sábanas, en su cama. Él se sobresaltó y cuando miró hacia el otro lado, estaba Ámbar, durmiendo plácidamente.

—-¡Mierda! —-maldijo de inmediato, pasando sus manos sobre su rostro y rascándose la cabeza. La situación era obvia. Más que obvia.
No había necesidad de aclarar nada, pero Jungkook deseaba que todo fuera una broma.

Él en bóxers, ropa de chica en su habitación, resaca terrible y olor espantoso de fiesta.
Jungkook sintió que el dolor de cabeza incrementó el doble aún. Trataba de concentrarse en qué había sucedido la noche anterior pero simplemente no recordaba nada.
Después de la ida de Jimin todo era borroso.

°𝐏𝐎𝐒𝐄𝐒𝐈𝐕𝐎°ღ𝒌𝒎 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora