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.El frío de la noche dejó de importar cuendo el calor de los besos tenía a dos jóvenes bajo una temperatura alta y pensamientos fuera de lo racional.
Los vecinos tendrían que tener celos por lo apasionante que era la vida de los adolescentes; mientras ellos se acurrucaban bajo mantas para mantenerse calientes, los dos jóvenes solo necesitaban de peligrosos roses y hambrientos besos bajo los efectos del alcohol para conservar una temperatura adecuada, lo suficiente para permanecer en el balcón con el frío que pareciera no ser de relevancia para los jóvenes cachondos.
Los gemidos no tardaron en salir cuando el pelinegro empezó a subir desde la cadera hasta el pecho del menor, tomándose su tiempo dando suaves caricias y fuertes empujes. Lo cual causaba una extraña sensación en Lieve, una frustración y una creciente exitacion abrumaban al de pelo marrón.
Sus caderas no se quedaron atrás cuando empezó dando pequeños movimientos que dentro de poco tiempo se volvieron más rápidos y necesitados.
-m-mh...- no pudo evitar soltar, tratando de callar lo más posible aquellos sonidos que pueda soltar, más por nada por la vergüenza que le daría verle la cara a las personas que pudieran ser espectadoras de los arrebatos pasionales de esa noche.
-no los calles- demanda con cierta exigencia el pelinegro, deteniéndose por un momento, haciendo que lieve gimiera por el repentino cambio. Molesto, lo voltea a ver, viendo los hermosos ojos verdes, tan hambrientos como los suyos, en los cuales puede ver un pequeño destello de algo que solo podría clasificar como deseo.
-n-nos pued-den escuchar- dios, se maldecía por lo patético que sono, quería volver a hablar cuando se vio interrumpido por los repentinos brazos del otro alzandolo sobre su regazo.
-entonces será mejor que disfruten del espectáculo- dijo Craig para volver a besar a Lieve, en ésta ocasión siendo más agresivo, moriendo su labio inferior y aprovechando el jadeo por su accion para darle la bienvenida a su lengua explorando y jugando alegremente con la del otro.
No tardo en empezar a caminar hacia adentro de la habitación de lieve, detestando separarse el uno del otro, finalmente Craig deja sobre la cama al pequeño desastre de jadeos y temblores que tiene frente a él, deseando hacer todo un desastre del menor, llenarlo y hacer que piense en él y solo en él.