Capítulo 3.

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Han pasado unos cuantos días y he notado a Sophía un poco diferente. Ella esta pálida. No creo que esta enfermedad se pase, no quiero causarle daño. La verdad es que no sabía nada de esto. No me habia dado el trabajo de investigar pues decidí vivir sin preocuparme.

La lleve al médico, y era el día 28. Como pasaban volando los dias de Febrero.
Hemos pasado lindos momentos, pero siento nostalgia en saber que fechas importantes, no se si pueda compartirlos con ella el año próximo.

~*~
Luego de haber hecho los análisis esperaba ansioso en la sala; valga la redundancia, en la sala de espera...
El doctor Holmes, muy reconocido me llamó y de inmediato me suspendí en mis dos pies.

Me dió un abrazo; el era gran amigo de papá, pero debido a problemas que no me incumben, su amistad acabó en la ruina.

-Como has crecido pequeño, bueno ni que llamarte pequeño, ya eres todo un hombre Ricardo.
Te he llamado a tí, para darte noticias de tu pareja, de Sophia.
Ella esta sana, su salud esta en perfecto estado.
Pero el detalle está, en que, tendras que trabajar el doble pequeño.
Serás papá-

Estas últimas palabras calaron mis oidos como nunca antes.

-No le he dicho ni a su familia ni a ella. Hazlo como sorpresa.. prepara algo lindo por ella. Yo se que eres muy bueno en ello.- Holmes tenía una sonrisa amplia.-Nacerá en Octubre, por lo que he visto, será un bebé prematuro. Pero me encargaré de cuidarlo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Llevé mis dos manos a mi cara y reía. Tenía muchas emociones encontradas.

~*~
Mi mujer y yo.. y mi bebé, estabamos en casa.
Preparé un almuerzo exquisito para Sophia, algo que me recomendó Holmes que ayudaría al bebé.

Luego de haber consumido todo lo que había en su plato le tomé sus manos y limpié la comisura de sus labios que tenían migajas de comida.

-Mi amor, tengo una noticia que darte. Y quiero que sepas que me tienes muy feliz por ello.-

Su semblante me decía que se encontraba muy nerviosa.

-Vas a hacerme el padre más felíz del mundo-inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas por segunda vez.

Se veía impactada, sorprendida. Y lloró conmigo

-¿Hablas enserio?
-Si mi amor- dije besando el torso de sus manos. Una primero y luego la otra.

Saltaba en una uña de alegría y mi pecho no alcanzaba dentro de su cavidad. Me sentía muy contento.
Pero tenía mucho miedo. Miedo de que mi hijo no conociera a su padre y miedo de no poder verle ni una sola vez.
Me sentía triste al saber, que no podría educarle, aconsejarle, salir de compras de chicos, consolarlo cuando su primer amor le rompa el corazón, cuando tenga su primera experiencia sexual, que son el tipo de pláticas que los padres evaden.

Me habia quedado en la mesa, con un plato de boloñeza y un tenedor en mi mano con fideos alrededor de el mismo. Pensativo, yo sabía mis razones pero Sophy no debía de imaginarse nada, ella debía ser feliz. Muy feliz.

-Ricardo ¿pasa algo?-dijo mientras caminaba hacia mi.
-No, noo, so,solo es que no se si sea buen padre-balbuceé.
-No seas tonto, ambos aprenderemos juntos, solo debemos esperar 9 meses- dirigía su mirada clavandola en mis ojos.
-¡Cuanto tiempo!-exclamé nervioso.
-¿Por que lo dices Ricardo?
-Tranquila Sophia no es nada- besé su frente.

~*~
Éramos una pareja de jovenes felices esperando por a nuestro hijo. Fuimos a una tarde de picnic en la cual decidiríamos un nombre.
Pensamos una manera en que fusionaramos nuestros nombres.
Pensamos en nombres para niña y niño. Sin duda ella estaba entusiasmada.

Jugamos, ella corría, la alcanzaba, la besaba, y mientras jugabamos la suspendí con mis dos brazos, su perfecto cabello amarillo era libre ante el viento y grité: 'Te amo Sophia, me haces el hombre mas feliz del mundo".
Su sonrisa esa como una luna menguando. Perfecta completamente. Luminosa y bella.

~*~
Cayó la noche, ambos estabamos acostados. Tomé sus manos y las besé. Comenze a besar cada pulgada de su perfecto y esbelto cuerpo.
Se limito a coresponderme con una sonrisa.

-Mi pequeña dormilona-susurré

El amor de mi vida no tenía problemas para dormir. ¡Excelente!
Esta cuidando de nuestro hijo, y eso me gusta.

Llegaba la hora de escribir mi carta numero 30, la noche ya abrazaba cada rincón de la ciudad y las personas que se encontraban fuera de sus hogares.

-•-
Mi pequeña muchacha dormilona. Cuando dejarás de ser tan perezosa.
Mi carta numero 30, esta mas llena de gratitud por tu amor, por todo lo que has hecho por mi.
Por darme al segundo amor de mi vida. Nuestro hijo.
Será una familia muy linda y espero conocer a mi pequeño o pequeña.
Si no estoy para cuando mi pequeño o pequeña nazca, quiero que hagas unas cosas por mi.
1-Grabaré un video. Que elaboraré en el transcurso de tu embarazo. Quiero que se los muestres cada vez que se sientan mal o me extrañen, seguro les alegrará.
Lo dejaré en la misma caja en donde estan el resto de las cartas.
2-Quiero que eduques al varón, si asi Dios lo quiere, muy bien, que cuide a una mujer, que la valore y la ame con toda su alma.
3-Que cuide de tí, por que no estaré para protegerte aunque creeme, desde arriba creo que haré mejor mi trabajo que aqui.

Quiero que sepas que ahora mas que nunca trabajaré fuerte, en la cuenta de ahorros pondré mas dinero y en las herencias que tengo de mis padres, todas las cambiaré a nombre de nuestro o nuestros hijos. Quiero asegurarles un buen futuro. A nuestros hijos una buena educación.
Quiero una vida buena para ustedes, aunque no este ahí para compartirla juntos.

Por favor, no permitas que nuestro hijo se olvide de mí, de quien es su padre. Incluso tú, nunca me olvides por favor.
Temo mucho el olvido.

En fin hoy me hiciste un hombre tan feliz, al darme cuenta que en tu vientre llevas una criatura fruto de nuestro amor.

Te amo Sophia. Con amor Ricardo.
Te amo mi bella princesa. Soy muy feliz.

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⏰ Última actualización: May 17, 2015 ⏰

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