Estaba siendo una batalla complicada. Su rival era un experimento realizado por una organización ilegal, con la capacidad de mutar su cuerpo. Lamentablemente, considerando que su poder no es una habilidad, se le hacía completamente imposible anularla, así que tuvo que dejarle toda la ofensiva a su compañero. Ya llevaban unos minutos y aún no le era posible encontrar los puntos débiles de aquella bestia, sin embargo, aún había una forma de vencerlo, aunque ésta no le gustara.
— Chuuya, hay que usar eso — Para su compañero, no pasó desapercibido el tono serio que usó. La mirada del pelirrojo le decía que no estaba para nada de acuerdo, no obstante, sabiendo que si Dazai lo decía era porque efectivamente no había ninguna otra opción, no le quedó otra que obedecer.
Se quitó sus guantes con delicadeza y se sacó el sombrero, haciendo entrega de ellos a su socio, quien lo miró con una pequeña sonrisa tranquilizadora.
— No te preocupes, tendré mis ojos puestos en ti — Le reconfortó. Chuuya sabía eso, Osamu nunca le había fallado y confiaba plenamente en él, pero eso no le quitaba lo mucho que le dolía ocupar tal poder.
— Concesionarios de desgracia oscura — Comenzó a relatar esos versos que tanto odiaba — No me despierten de nuevo — Sintió como aquellas líneas rojas, que se extendían por sus extremidades, le quemaban como el infierno. Su cuerpo comenzó a doler y su cabeza se hizo un caos. Después de eso, simplemente no recuerda nada más.
Dazai miraba cómo su compañero perdía el control e iba a atacar de frente al monstruo. Predecía que la batalla terminaría en uno o dos minutos aproximados, sin embargo, eso era muchísimo tiempo para Chuuya. Su cuerpo no aguantaría mantener esa forma; se romperán sus huesos, se desgarrarán sus músculos y sus órganos explotarán hasta que finalmente cayera muerto. Él no permitiría eso. Así que, antes de decirle al pelirrojo que usara Corrupción, instaló varias minas, bombas y trampas por al rededor del campo, eso ayudaría a acelerar la batalla y a acabar con el enemigo. Esperó a que llegara el momento y una sonrisa macabra apareció en su rostro mientras presionaba el detonador.
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— Mierda, eso estuvo difícil — Chuuya se quejó por lo bajo — Usé la corrupción por más tiempo de lo normal — Estaba sentado con la espalda recargada en el tronco de un árbol.
Dazai había anulado la corrupción hace unos momentos luego de vencer al monstruo ese y lo había cargado para apoyarlo en aquel árbol para que pudiera descansar antes de que tengan que volver al punto de inicio y separarse. Pues Osamu había recibido órdenes explícitas de derrotar al enemigo y alejarse lo más rápido que pueda del ejecutivo de la mafia, con el objetivo de evitar interactuar lo más posible con el némesis de la agencia.
— Así es, me sorprende que aún no estés inconsciente — Dazai estaba sentado a su lado. Ambos se encontraban mirando las estrellas del cielo de aquella fría noche.
— Al menos, ya ha acabado — Suspiró cansado, le pesaba todo el cuerpo y el dolor aumentaba cada segundo que pasaba. Diablos, que hasta respirar se le hacía difícil. Estuvo a punto de cerrar los ojos, dispuesto a descansar un poco, pero el repentino movimiento algo brusco de su compañero le alertó — ¿Qué demonios? —
— Tenemos compañía, Chuuya — La seriedad en el tono de Dazai lo puso en alerta. Levantó la mirada y sus ojos se abrieron aterrados, estaban rodeados. Por un momento se había olvidado de que aún se encontraban dentro de los terrenos de aquella organización que había fabricado a la bestia con la que se habían enfrentado.
El castaño maldijo por lo bajo y se levantó de su puesto en el árbol, parándose frente a su compañero, quien en estos momentos se sentía totalmente inútil, no podía ni moverse.
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Anything For You - Soukoku
FanfictionSi eso era lo que él deseaba, entonces no había lugar para las dudas. Haría lo que sea por él.