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⚠ — 𝗪𝗔𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚.
Este fic se basa en la historia de las dos temporadas de Alice in Borderland. Recomiendo haber visto ambas antes de leerlo con tal de entender mejor la historia y de evitar los spoilers.
Por otro lado, se tocarán algunos temas un tanto delicados para algunas personas, pero nada exagerado.



𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐏𝐈𝐋𝐎𝐓𝐎.
— 𝘣𝘦𝘧𝘰𝘳𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘰𝘳𝘥𝘦𝘳𝘭𝘢𝘯𝘥.

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──────────────────𝘠𝘰𝘶 𝘸𝘦𝘳𝘦 𝘴𝘪𝘵𝘵𝘪𝘯' 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘯𝘦𝘳 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘢𝘵𝘴 𝘢𝘭𝘭 𝘱𝘪𝘭𝘦𝘥 𝘩𝘪𝘨𝘩

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𝘠𝘰𝘶 𝘸𝘦𝘳𝘦 𝘴𝘪𝘵𝘵𝘪𝘯' 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘯𝘦𝘳 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘢𝘵𝘴 𝘢𝘭𝘭 𝘱𝘪𝘭𝘦𝘥 𝘩𝘪𝘨𝘩

𝘢𝘯𝘥 𝘐 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘨𝘩𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘮𝘪𝘨𝘩𝘵 𝘣𝘦 𝘮𝘪𝘯𝘦. 𝄒


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❲ 𝖳𝗈𝗄𝗒𝗈, 𝖩𝖺𝗉𝖺𝗇. ❳

Pasar las tardes en el hospital del centro la ciudad no despertaba en la joven Kyoko un especial entusiasmo, pero por lo menos era un buen y silencioso lugar de estudio, esencial para poder repasar los apuntes de su tercer año de psicología.

La pelinegra llevaba viviendo con sus abuelos maternos por más de cinco años ya, puesto que su madre había desaparecido un día cualquiera en el que supuestamente iba a trabajar y su padre a penas estaba en el país debido a su arduo trabajo con el que le pagaba la universidad. Sin embargo, recientemente su abuela había caído enferma y todavía no sabían cuando iba a recuperarse, si es que siquiera era posible. Su abuelo pasaba día y noche en la habitación, pero Kyoko prefería estar presente para hacer relevos o por si algo sucedía, además de la grata compañía que era para sus mayores.

El repentino sonido del mango de la puerta moviéndose sorprendió a los presentes.

— ¿Se puede? — La voz del doctor Shuntaro se coló por el pequeño huevo que había dejado entre el marco y la puerta en sí, abriéndola por completo y entrando a la habitación. Portaba un semblante serio, como siempre, decorado con los dos mechones rubios que caían a los lados de su rostro. En su mano traía el resultado de la quinta prueba que le habían hecho a la anciana en las últimas dos semanas. Por fin habían obtenido resultados. La estudiante apretó y acarició la mano de su abuela, dándole una cálida mirada. Su abuelo la imitó y pronto la atención estaba fija en el especialista.

— Después de varios exámenes, hemos conseguido detectar la enfermedad. La señora Satō padece de un tanto avanzado cáncer de páncreas. Dejaré aquí el documento y en los próximos días prepararemos el tratamiento. Con permiso... — El silencio inundó el cuarto, la tensión se notaba en el aire. El doctor había dejado a la familia con un millón de dudas, ¿podría la anciana sobrevivir con el tratamiento? ¿por qué no pueden hacerlo lo antes posible cuando el cáncer está ya avanzado y corre peligro? Todos sabemos cómo va la sanidad con los ancianos y como prefieren que mueran por el beneficio propio, por la sobrepoblación o porque tienen a otros pacientes como prioridad, pero Kyoko no podía soportarlo y salió disparada tras el doctor.

— ¡Disculpe! — No le tomó mucho tiempo estar tras él, puesto que paseaba por el pasillo con suma tranquilidad. El rubio dio un suspiro y se volvió hacia la muchacha.
— Mi abuela podrá superarlo, ¿Cierto? — Acabó rompiendo el contacto visual que él mismo había iniciado, tragando saliva ante la pregunta.
— Es algo difícil... Pero con el tratamiento conseguiremos mantenerla viva por algunos dí- —
— No si tardáis otras dos semanas en conseguir la receta. — Interrumpió la muchacha. Me gustaría decir que consiguió sorprender a su contrario, pero siendo honestos, él ya lo sabía, mas no estaba en su mano poder adelantar el tratamiento.
— Lo lamento mucho, pero yo no tengo nada que ver en ese proceso. Ahora, si me permite irme, se lo agradecería, ya se ha dado por concluido mi turno. — Y, sin más, se dio media vuelta y se marchó, siguiendo el camino por el que iba antes de la charla, ignorando por completo la voz de Kyoko que aún suplicaba por el adelanto.

Los negros ojos de la joven ahora se nublaban por las lágrimas que comenzaban a brotar. No podía entrar en ese estado a la habitación, mucho menos decirle a su abuelo lo que acababa de escuchar. Así pues, corrió hacia el baño más cercano, encerrandose en uno de los cubículos y cubriendo sus orejas con sus auriculares decorados con pegatinas en los que se escuchaba su playlist favorita.

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Tras alrededor de una hora, por fin había conseguido relajarse un poco y su cajetilla de Marlboros se había acabado. Salió del minúsculo cubículo y se miró en uno de los espejos, lavándose la cara con un poco de agua. Miró su móvil, tenía unas cuantas llamadas perdidas de su abuelo, probablemente estaban preocupados al no saber donde se encontraba. Kyoko volvió a mirar su reflejo en el espejo, decidida a salir del baño aunque seguía con los ojos rojos, cuando de repente, el edificio se quedó sin luz. Palpó con su mano el lavamanos, buscando su dispositivo, pero no consiguió encontrarlo. Optó por abrir la puerta, los pasillos no estaban oscuros puesto que entraba la luz de los ventanales, ventanales por los que pudo observar las desoladas calles de Tokio. No había nadie y todo parecía estar destrozado, ¿qué cojones había pasado en la ciudad?

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¡Muchas gracias por haber leído este primer capítulo! Espero haya sido de vuestro agrado. Por el momento no tengo audiencia pero a medida que me promocione y vea interés continuaré subiendo las partes. 🫶

𝗧𝗛𝗘 𝗖𝗛𝗘𝗦𝗜𝗥𝗘. 𓂃  Shuntarō Chishiya. 🐈‍⬛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora