𝒅𝒐𝒔

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El omega deja escapar un grito ahogado de felicidad y se pone de rodillas para mirar detrás del sofá. Harry hace todo lo posible por no mirar directamente al chico justo en frente de él, pero es jodidamente difícil no hacerlo.

"¡Greg!"

Harry frunce el ceño. ¿Greg?

El chico se estira por encima del respaldo del sofá y agarra algo, y cuando se da la vuelta para sentarse con las piernas cruzadas en su asiento, Greg está en su regazo.

Y ¿en serio? ¿Esa es la bestia? El gato sentado en el regazo de su vecino (y nuevo enamorado), es un persa de pelo corto. Es una cosita gorda, de pelaje blanco con manchas anaranjadas sobre las orejas y rayas del mismo color a lo largo de la cola. Greg tiene los ojos más grandes que Harry haya visto jamás, como un maldito juguete, y honestamente debería tener miedo de lo irreal que se ve este gato, pero es probablemente la cosa más linda que jamás haya visto.

Bueno, además de su dueño.

Pero entonces el omega levanta la vista del gato en su regazo y Harry lo mira directamente a los ojos y-

"Vaya."

Ni siquiera les importa que acaban de hablar en sincronía, están demasiado hipnotizados el uno por el otro.

Azul.

Verde.

El más pequeño de los dos rompe el contacto visual primero, mirando a su gato y Harry jura que puede ver un sutil rubor rosado en sus mejillas. Él mira hacia atrás con una sonrisa tímida.

"Creo que esto es de lo que estabas hablando". Dice el omega mientras hace un gesto a su gato, refiriéndose a la escritura en el pastel.

Harry parece avergonzado. "Uh, sí, quiero decir, yo solo estaba-"

"Lamento mucho que ella haya estado haciendo ruidos por la noche. Hubiera hecho que se detuviera si lo hubiera sabido". Harry hace una mueca de confusión pero el chico lo detiene antes de que pueda. "Verás" usa dedos ágiles para empujar parte de su cabello desordenado detrás de su oreja derecha, revelando un audífono rosa, "Tengo esta cosita aquí porque tengo muy poca audición. Me la saco por la noche cuando duermo, así que supongo que nunca escuché a Greg. Lo siento".

Se ve genuinamente molesto por el hecho de que Harry perdió el sueño por la situación y Harry quiere darse un puñetazo en la cara por hacer que este chico se vea así.

"No, no, no te preocupes por eso. Quiero decir, ¡estaba bromeando! El pastel era una broma, quiero decir... Perdí algo de sueño por tanto Maullido, pero no es gran cosa". Esboza una sonrisa para parecer convincente. Él no cree que esté funcionando.

"¿Está seguro?" El chico mira a Harry con ojos tristes. Sus iris son fascinantes, un azul pálido brillante que Harry puede verse mirando por el resto de su vida.

¿Demasiado pronto? No.

"Seguro. Además, ¿cómo podría enojarme con esta cara?" Harry se inclina sobre la mesa de café, acariciando a Greg. "Él es realmente adorable".

"Ella." El dueño de la mascota corrige con una gran sonrisa. Harry nota que sus dientes son un poco puntiagudos y torcidos en ciertas áreas. Es jodidamente adorable.

Harry ladea la cabeza hacia un lado "¿Greg?"

El chico asiente, su sonrisa aún brillante.

"Ahora, cortemos este pastel".

Los dos chicos toman rebanadas y dan un mordisco. El más pequeño de los dos deja escapar un pequeño gemido, lo que hace que los ojos de Harry se agranden. Bueno, joder.

𝑯𝒐𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora