Dedicado a mi niña de la suerte, SamanthaJaksic ✨🍀🤍
~• 🤎 •~
La lluvia que en ese momento caía era peculiar.
Era de lo más abundante, caía con mucha fuerza, incluso podía catalogar que podría llegar a convertirse en tormenta con el correr de las horas, pero lo que la hacía particular no era eso, sino que, de forma curiosa, el cielo no parecía amenazar que lo que el agua que caía era una tormenta en sí.
Habían formaciones de nubes, por supuesto, que justificaban la caía de agua, pero el detalle estaba era que en el cielo no estaba poblado al 100% de ellas; habían extensiones en las que se podía ver aún el cielo, el cual estaba de un color amarillento inclinado hacia el anaranjado a consecuencia de que se estaba dando el atardecer. Eran los últimos rayos del día antes de que entrara la oscuridad de la noche.
Kagami veía el ambiente climático desde su habitación, sentada en el pequeño espacio amueblado junto al marco de la ventana. Observaba con atención el clima con su mente divagando entre el todo y el nada, sumida en un pequeño silencio, donde lo único que se oía era el golpeteo suave de las gotas de agua romper contra el tejado y su ventana. La imagen frente a ella era de por sí un poco rara, pues no era tan común para ella ver la lluvia caer con tanta fuerza y aún así ver el resplandor del sol hacerse un lugar muy notable en medio de todo eso, así que no podía negar que también era un espectáculo bonito.
No hacía frío, no hacía calor; era un equilibro entre ambas cosas. Quizá desde fuera podría llegar a notar cuál tipo de temperatura era la que estaba tomando las riendas de la pelea, hacerse la más presente y ganar sobre la otra.
Pero hasta entonces, no tenía la certeza de nada.
Ciertamente había un aire de calma en su alrededor, pues sumando al clima, tenía las luces de su habitación apagadas, dando el toque ideal de paz para hacer de ese instante de lo más agradable. Casi que no se daba cuenta de que era tanta la paz que existía en ese momento que sus párpados se fueron cerrando para dar inicio a una siesta ligera, pero antes de caer por completo en los brazos de Morfeo, escuchó un golpe contra el cristal de su ventana, más seco y más fuerte, que la hizo ponerse alerta de lo que tenía a su alrededor una vez más. Y cuando quiso mirar una vez más hacia el exterior, se dio cuenta de que había algo, o más bien alguien, en medio de la vista entre ella y la ciudad.
Y lo siguiente que pasó fue que soltó un pequeño grito (y quizá algún insulto) debido al susto y la sorpresa. Ante la repentina aparición y el sobresalto que le causó hizo que se levantara casi de inmediato en caso de que tuviera que defenderse de algún modo; sin embargo, pudo tranquilizarse al reconocer a la figura en su ventana.
Argos.
Su expresión pasó de calmada a ligeramente enfadada, y dando cortas pero marcadas zancadas caminó hasta la ventana para abrirle a su novio.
—Te quedas ahí un segundo, te lo ganas por tonto—. Sentenció la japonesa de forma rápida y cortante. De por sí no estaba enfadada, pero a veces las bromas de él eran molestas.
La azabache luego de esa sentencia al de traje de pavo real caminó hasta su armario para sacar tres toallas de baño: Una para que el muchacho se secara, otra para evitar que el mueble de la ventana se mojara, y la última para secar el suelo. Una vez hubo acomodado la toalla sobre el mueble, le dio vía libre a su contrario de que ingresara en su habitación.
—Creí que estarías en una cena con socios de tu madre—. Dijo Kagami mientras le ofrecía a Argos otra de las toallas.
—Plumas fuera—. Dijo el muchacho inicialmente, acabando su transformación y volviendo a sus ropas civiles y su apariencia común, dejando ver que llevaba a media un traje formal y que por igual antes de transformarse en su alter ego ya se había expuesto a la lluvia. —Lo estaría—. Siguió hablando mientras secaba su cabello en primera instancia. —Pero cancelaron por la lluvia ya que se están formando pequeñas inundaciones en algunas calles, pero nada grave.
ESTÁS LEYENDO
You // FELIGAMI
FanfictionEra casi como un enemigo público para todos. Nadie lo quería cerca por todos sus actos del pasado; actos con los que él estaba en un debate interno que parecía no tener fin y que solo le provocaba dolor. Y aquello había acabado por afectar su relaci...