HY ✰ Not that kind of "date", right? ²

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Muy bien, Nagi no era para nada transparente, en ningún momento, bajo ninguna circunstancia. Era algo que ahora sabía.

El hogar de Nagi no estaba muy lejos de la academia, habían llegado en cinco minutos y el sudor se escurría por la frente de Reo desde hace ya un buen rato. El plan iba bien, eso era seguro, pero luego no tanto cuando recordó que Seishiro era una persona completamente inexpresiva.

No había manera de saber qué le gustaba o disgustaba para que pudiera usar una de esas opciones a su favor. Todo lo que podía observar en su campo de visión eran dos ojos grises calmados y nadamás. No había ningún rastro de emoción ahí. Era un detalle de la personalidad de Nagi que siempre le había resultado extraño, o bueno, al menos al principio, en esos momentos le resultaba inconveniente.

¿Qué se supone que haría si luego hacía algo erróneo y el albino se irritaba?

Aunque en terminos de irritar, Nagi solo se desinteresaba. Tenía una habilidad para mantener la calma y no enfadarse con facilidad, agradecía eso. Pero que lo dejara solo y se fuera a jugar videojuegos por el resto del día era igual de malo o peor.

Ese fin de semana estaba destinado a ser uno de los mejores que pasaría con Nagi, quería estar con él. No podía arruinarlo todo, no se lo perdonaría.

El lunes que venía comenzarían los exámenes, y aunque no representara un problema para el listo hijo de los Mikage, para un vago perezoso como Nagi que lo único que hace en clases es dormir y mirar la pantalla de su teléfono a escondidas si lo era, y grave.

El sábado podían estudiar juntos y divertirse casualmente, en caso de que el mayor tuviera algun empeño ese día.

El domingo era perfecto, suyo y todo suyo para pasarlo en la morada del peliblanco. No habían tareas, deberes, trabajo o lo que fuera porque era un domingo, y al pensar eso Reo se consideraba un jodido genio —claramente no uno como Seishiro.—

Todo lo que necesitaba era saber qué hacer. Quería que ese día se grabara en la memoria del más alto, al menos un pequeño recuerdo.
Uno diminuto, siquiera. Pero quería permanecer en la memoria de Nagi Seishiro.
Como un gran amigo.

Una cita con su gran amigo Reo.

Porque para Reo cualquier buen momento que pudiera compartir con Nagi era una cita. Y eso era algo bueno, ¿no?

Porque Nagi era también su gran amigo.

Y eso es lo que los grandes amigos hacen, ¿no?

—Reo.

Se desarmaron las piezas de su cerebro por un momento ante el llamado, y trató de reorganizarlas para levantarse del sofá de la sala de estar y dirigirse hacia el dueño de la voz quien parecía estar en la cocina.

—¿Qué pasa, Nagi?

—Ayúdame con esto.

Al pelimorado se le fueron entregadas unas bases metálicas con huecos de distintas formas creativas.

—Son moldes de cocina, los acabo de comprar.

La bombilla en la cabeza del Mikage se encendió en un milisegundo.

—¿Moldes?...

—Colocalos ahí.

De nuevo, aquella idea apareció en su cabeza automáticamente, y el mundo ya no parecía tan perdido como antes. Osea, en ese instante el mismísimo Mikage Reo ya estaba reconsiderando la idea de verse todos los tutoriales de cocina en Youtube y aprenderse toda la cantidad posible de recetas de dulces —comida favorita de Nagi— para tener una sola posibilidad de impresionar a Seishiro y poder salvar la tarde, logrando hacer algo nuevo además de entrenar y estudiar y que el mayor pudiera pasar un buen rato y recordarlo.

Muy bien, tenía una oportunidad.

—¿Para qué los compraste? —Soltó con fingido desinterés, fijándose en que el mayor también había estado metiendo en el refrigerador bebidas y bocadillos, cosa que hacía normalmente, ya que prefería la comida rápida, pero nunca en tales cantidades. Eran los números para repartir en una fiesta, y una de las alocadas. La sangre de sus venas se enfrió de solo pensar en la posibilidad.

La probabilidad de que Nagi ya tuviera planes.

Pero estábamos hablando de Nagi Seishiro, ¿no? Hasta lo que él sabía, no tenía muchos amigos, —por no decir solo Reo y ese extraño cactus— no era alguien fiestero y tampoco alguien extremadamente goloso, en caso de que no fuera una fiesta su objetivo.

No, no era posible, solo se estaba volviendo demasiado paranoico. Definitivamente, hoy dormiría bien por el cansancio.

—Estoy pensando en hacer algo este domingo, con alguien.

Muy bien, quizás había escuchado mal.
Nagi, por favor repítelo.

—¿Qué?...

—Solo para probar algo nuevo. Los videojuegos últimamente son aburridos y repetitivos.

Nagi, su Nagi, con otros amigos.

Reo sabía que no todo se trataba siempre de él, se alegraría si supiera que Nagi finalmente salía de su caparazón y socializaba más con la gente, pero no en este caso.

No cuando había estado matandose la cabeza para crear la cita perfecta y solo para que él no se aburriera consigo.

No se sentía celoso. No sentía una horrible curiosidad por saber quién carajos había arruinado su cita con Nagi.

Porque eran buenos amigos, y los buenos amigos pueden tener otros amigos.

Volvió a respirar correctamente, pero no como antes de enterarse sobre la noticia.

—¿Y qué harás con los moldes?...

_Cocinaremos. Si la comida no queda bien de sabor, entonces tendremos los bocadillos y bebidas que compré.

Oh.

Está bien.

Siempre hay otros fines de semana.

Siempre se puede pasar tiempo con tu gran amigo.

U&I ✰ Nagireo [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora