Gina:
Te extraño.
Oh, cielo
Vinieron tus ojeras,
tus llantos en la noche bajo la sábana,
tus desórdenes alimenticios,
absolutamente todo eso.
Oh, Gina, no quiero llegar a más cartas,
porque ya se que te sentirás mal
o no las leerás a partir de ésta.
Confía en mí.