Capítulo I.

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Es un día como cualquier otro de invierno, hace frío, no hay nadie despierto, ni mi perro lo está, y nada mas abrir los ojos me encuentro con todo mi desorden, mi habitación parece la jungla de Jumanji, solo faltan 4 minutos para que me recoja el autobús y aún no he tomado la decisión más importante:
"Levantarme o no de la cama, esa es la cuestión".
Sí, soy perezosa, desordenada y estoy totalmente, dormida. La verdad es que no hay muchas ganas de entrar voluntariamente a la cárcel, o como otros lo llaman, instituto.
Allí nos obligan a estudiar, hacer deberes y en fin, "formarnos para un futuro mejor y una vida digna, bla bla bla..."
El caso es el siguiente:

-Padres y Madres de Nathaly Collins su hija ha llegado tarde los últimos dos meses sin excepción a ningún día, es la última llamada de atención, en caso de no cambiar su conducta sera sancionada con la expulsión del centro durante una semana .....

Es decir que hoy no me puedo permitir el lujo de pensar en mi teoría de si levantarme o no, así que lo hago, me levanto de la cama corriendo y me pongo lo primero que pillo, unos llegings negros, la sudadera del instituto y los tenis (creo que los martes tenemos E.F.) me "cepillo" el pelo y salgo de mi casa escopetada y sin desayunar, por suerte el bus aún estaba allí, (creo que el conductor ni me conocía) me senté y cuando llegamos a la cárcel me sentí rara, ya que normalmente cuando llego no hay gente en los pasillos y puedo "caminar" sin embargo hoy están tan llenos que ni en la playa había visto a tanta gente junta.

Abro mi taquilla, que es como la versión mini de mi habitación, cojo los libros y entro en clase.
Para que os voy a contar como va esto, entran y salen profesores, dan sus clases, nosotros "atendemos" ,entre medias un recreo de 30 minutos, y todo termina cuando suena la sirena por última vez a las 14:45.

Suelo llegar a casa cansada, cansada de todo (tengo una visión algo negativa de mundo, de TODO en general y si aún no lo habéis notado, ya lo hireis haciendo os lo aseguro), almuerzo con mis padres y mi hermano, ya os hablare de mi hermano, en fin un terremoto con piernas y brazos, que nunca calla y siempre chilla (quedaros con esa pequeña idea). Por las tardes suelo cuidar del terremoto, y de mi perro Darko, no se cual es peor si el que ladra o que chilla.
Antes solía tener un diario, en el que escribía cuando terminaba de comer, ya no lo tengo, lo queme, por mi propia seguridad. Aquel diario era la lista negra del mismísimo Diablo, contenía información sobre todas y cada una de las personas a las que no soporto, es decir, en el se encontraban críticas del 99,9% de la población humana.

Pues eso, que ya no lo tengo, "hago" mis deberes y llega la hora de una de mis tres pasiones LA MÚSICA, es de las cosas materiales más importantes de mi vida, no escribo letras, solo las siento y analizo, las canto (únicamente si me encuentro sola en esos momentos) y, a veces, no lo puedo contener y bailo, aunque yo más bien lo llamaría hacer movimientos extravagantes a la par que extraños y aleatorios con las piernas y los brazos.

Reflexión:
Tengo 206 huesos, 650 músculos, 50 billones de células y la verdad, lavantar todo eso de la cama, es una tarea difícil.

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