MAR Y CIELO

194 34 10
                                    

Y sin duda alguna puedo asegurar que no es necesario morir para ir al cielo,
Y es que el cielo eres tú en cada gesto o en cada momento que te tengo cerca,
Ya ni recuerdo cómo y en qué momento llegué hasta este bonito horizonte,
Solo sé que soy un náufrago en el laberinto de tus culpros encantos,
Atrapado a gritos una explicación severa le exijí al mar,
¡¿Por qué me dejaste con estos sentimientos?! Pregunto ignorado,
Una gran ola me arrastró y en un parpadeo en tus pies me dejó,
Y en medio de la penumbra nada tu mirada en mi senda se reflejó,
Entre preguntas y respuestas despertaba un poeta enamorado,
La convicción me abraza diciendo que sí te puedo amar,
Sucumbí a tu oferta y con gracias te dije el credo de los santos,
Así por dentro ría de la vergüenza dejando afuera a un loco polizonte,
Ven y extiende tus manos que de ellas me sostendría así te me pongas terca,
Deprisa y disculpa lo idiota que luego te traeré un batido de vainilla y hielo.

Resplandeciente te me acercas aún más y siento que hay un eclipse que se yace dentro de mí,
Te doy los 10 soles aunque estas de oferta y en mi mente te susurro que mañana volveré a por ti.

Poesías para ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora