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? — ¡SOTENGAN LAS PUERTAS!

Un hombre pelinegro corrió hacia el ascensor con la esperanza de no perdérselo y tener que esperar otro ascensor para ir a su casa.

Porfin había terminado clases, después de 9 horas sentado en una silla escuchando como casi siempre lo regañaban por intentar dormirse en plena clase se sentía aliviado de poder irse a descansar a su casa, porfin.

Gracias a que todos salían, la puerta se mantuvo abierta el tiempo suficiente para que el pelinegro entrara.

Y lo hizo.

Desafortunadamente, por correr intentado entrar al ascensor se estrelló contra la última persona que faltaba en el ascensor. La colisión fue tan impactante que...

? — Oh dios, lo siento mucho.

El pelinegro se levantó y se disculpó.

? — Esta bien, no te preocupes. Después de todo no importa, no tengo mucha prisa.

El castaño se dirigió a presionar el botón de abrir la puerta pero después de varias veces presionando el botón, no importaba cuántas veces presionara el botón, la puerta del ascensor se negó a abrir.

? — Maldita sea, lo que faltaba.

? — ¿Ah? ¿Que paso?

El castaño permaneció en silencio unos segundos mientras ocultaba el accidente que había ocurrido; el ascensor se había averiado.

? — ¿Entonces si me vas a decir qué pasó o no?

El castaño tomó un suspiro.

? — El ascensor se arruinó, así que... vamos a estar aquí un tiempo.

? — Oh dios... Bien, llama a emergencias o algo, no podemos estar tanto tiempo aquí.

? — No vendrán, no es primera vez que ocurre esto.. Este ascensor siempre es víctima de varios accidentes como este.

El pelinegro tomó un suspiro y pasó sus manos por la cara, y decidió volver a hablar en un corto tiempo.

I — Bien.. veo que estaremos aquí un rato y para no hacerlo incómodo, soy Iván Bujakeruk.

Iván se presentó, y seguido a el un castaño que lo acompañaba también.

R — Rodrigo Carrera, pero preferiría que me llámes Carrera o Carre.

El pelinegro sonrió.

R — Entonces, ¿por qué tenías tanta prisa?

I — No era prisa en realidad, simplemente quería llegar a casa rápido para poder descansar.

R — Espera, ¿No vives aqui?

I — Sorprendentemente no, muchos estudiantes de aquí piensan que vivo aquí, en los apartamentos, pero no, mi ex sí. Hoy estaba sacando mis cosas de su casa...

El castaño puso su mano en el hombro del pelinegro, sintiéndose mal por el.

R — Oh, lo siento. Creo que no debía preguntar sobre ello...

I — No te preocupes o disculpes. Terminamos en buenos términos y eso fue hace un tiempo. Sin embargo, seguimos siendo amigos.

Iván tomó un suspiro y miró su teléfono marcando que eran las 5 de la tarde.

Levantó su mirada y vio al castaño quien lo acompañaba.

I — Así que...

Iván miró fijamente los ojos de Rodrigo, escaneo su rostro y todos sus detalles faciales por un par de segundos.

𝟲 𝗵𝗼𝗿𝗮𝘀 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora