Sinners | Luckily 🔞

Sinners

—¿Dónde están las armas, Quackity?— Preguntó el alcalde entrando a la casa del híbrido pato, el susodicho estaba atado. Siendo apuntado de armas por los secuaces de Luzu, sus alas estaban sujetas previendo un posible escape. Quackity lo miró con sus ojos marrones transmitiendo odio puro hacia el castaño.

—¿Qué te hace creer que las tengo yo, puto? Literalmente hay un montón de gente que te odia en este momento— El híbrido bajó levemente su mirada al sentir como la punta de una de las escopetas tocaba su sien, no tuvo miedo.

Luzu negó con la cabeza—Quackity no lo hagas más difícil, dime donde están las armas.

Quackity lo volvió a mirar frunciendo el ceño sin miedo ante el arma que lo apuntaba tan cerca—Que no las tengo, pendejo.

—Quackity, te lo advierto, no me hagas quitarte más cosas.

—Perdí amigos, perdí a mis animales, perdí todo, ¿Qué más me vas a quitar? ¿La vida? — Escupió el pato hacia el castaño con rabia, antes de quedarse en silencio y retar al castaño con la mirada, ambos duraron un rato así, donde los secuaces sentían aquella tensión, se miraban unos entre otros, ¿Qué era lo que iba a pasar?— Perfecto... —El híbrido hizo cierto gesto con las comisuras de sus labios asintiendo suavemente— Hazme lo que gustes, no me puedes quitar nada que ya no tenga.

El alcalde de Karmaland inhaló aire profundamente antes de soltar una pequeña risa con voz grave—Todos, afuera—Ordenó y los secuaces dudaron un poco, entonces el castaño los miró con sus ojos rojizos— Ahora

Y no lo tuvo que repetir dos veces, antes de que quedarán solos con el sonido de aquella puerta de madera siendo cerrada. Quackity tragó saliva cuando Luzu se volteó hacia él pero su expresión se mantuvo retadora. Luzu lo miró desde arriba antes de chasquear su lengua—Quackity, Quackity, Quackity—Llamó su nombre repetidas veces mientras se agachaba frente al híbrido y le tomaba el mentón con su mano enguantada para mantenerlo quieto—¿Qué voy a hacer contigo, Mi Quacks?—Preguntó con un tono de voz suave y la piel de Quackity se erizó; Con el agarre, Luzu hizo que la boca de Quackity se abriera y un dedo estirara uno de los lados de la boca mientras los del agarre movían la cabeza de un lado a otro como si revisara que no tuviera algo en la boca o algo más... —Si no me respondes, podría hacer cosas muy malas contigo... Pero si lo haces, entonces yo podría dejarte en paz —Dicho eso sus dedos dejaron al muchacho quien al ser libres sacudió su cabeza como si quitara la sensación de sus dedos sobre él.

Los ojos marrones lo miraron con burla—Por última vez y que te quede grabado en el cerebro, yo no tengo y tampoco sé donde están las putas armas que estás buscando.

Las cosas podían salir muy mal ahora.

Luzu suspiró y sus manos tomaron los hombros del híbrido pato empujándolo levemente hacia atrás—¿Por qué debes hacer todo difícil, Quacks? ¿Por qué nunca puedes quedarte quieto?—Dijo mientras arrecostaba a Quackity contra aquel cofre blanco con contraseña.

—¿Quedarme quieto contigo cerca, pedazo de corrupto? Preferiría tragarme un pito antes de quedarme quieto—Retó Quackity mientras lo miraba fijamente.

Luzu miró a Quackity en un silencio profundo por unos cuantos segundos antes de levantarse y hacer un gesto con su ceja—Si insistes... —El alcalde se deshizo de los guantes negros de sus manos haciéndolos de lado para luego llevar sus manos hacia aquel cinturón empezando a desajustarlo. Quackity se asustó por eso, empezando a hacerse hacia atrás instintivamente.

—¿Qué...? ¿Qué estás haciendo Luzu?—Preguntó el mejor tratando de alejarse pero uno de los pies del alcalde piso su tobillo manteniendolo quieto, Luzu se abrió el pantalón y Quackity empezó a sonrojarse hasta los cabellos cuando presenció la ropa interior rojizas de Luzu. El híbrido pato abrió la boca y sus alas apresadas se agitaron levemente. Así que... Aún tenía ese efecto en Quackity, que bien—N-no Luzu, era juego, era juego no... —Quackity soltó un chillido cuando la polla de Luzu golpeteo su mejilla. Sus ojos marrones lo miraron suplicantes, tan brillantes y tiernos… buscando  manipularle—No era cierto, Luzu.