#3 El encierro de las palabras

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Deje de llorar una hora después, me levanté para ir a mi escritorio, tome los moldes para empezar empecé a coser, tejer y bordar lo que tenía que entregar, eran ya las 5:00 a

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Deje de llorar una hora después, me levanté para ir a mi escritorio, tome los moldes para empezar empecé a coser, tejer y bordar lo que tenía que entregar, eran ya las 5:00 a.m. Cuando termine todo, era un peluche en forma de oso, otro en forma de mariposa, una bufanda de color verde y otra color blanco. Los bordados eran de flores con mariposas. Al ver el reloj 6:00 a.m.

Al terminar tome el uniforme de repuesto y me di un baño rápido, al salir ya eran las 6:47 a.m. me peine, al verme en el espejo, tenía ojeras pequeñas, tome mis cosas para bajar en la entrada estaban mis padres, se estaban despidiendo de ellos y ellas. Elías abrió la puerta del auto.

— ¡Alitzel! - molesta mi madre me grito - ¡Alitzel!
— Elías a la escuela que ya es tarde y tengo cosas que entregar - hablé el cerro la puerta y camino para empezar a conducir

En el camino solo estaba viendo la bolsa en la que llevaba las manualidades apreté la bolsa molesta, al llegar salí del auto para ir a mi salón el cual estaba vacío me tropecé y casi me caigo

— ¡Escaleras por qué escaleras! - empecé a maldecir las escaleras hasta que llegue a mi salón donde tome mi lugar
— señorita Alitzel buenos días - hablo una voz a mis espaldas, me gire a verlo y era Itzae
— ¿Que deseas? - hablo sería a lo que a él, le causó gracia
— no durmió ¿Verdad? - yo negué pero el rio otra vez - se ve tierna con esas ojeras
— no digas tarugadas - hablé seria mientras veía la ventana - nunca he estado linda - hablé sería
— la señorita Alitzel es inteligente y hermosa pero no se dió cuenta asta que un desconocido se lo dijo sin titubear ni avergonzar - me quedé sorprendida
— buena improvisación, pero no rima - hablé riendo
— una sonrisa le queda mejor - lo que dijo me dejó callada y preste atención a mis cosas - se ve que le molestan los cumplidos
— nunca me gustaron los cumplidos - hablé mientras veía a otro lado - no son mi fuerte, por cierto... me podrías hacer un favor

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— no tenía que sonrojarse por eso señorita Alitzel, es normal que una mujer quiera un café para estos fríos - hablo cuando ya estábamos camino a la cooperativa o cafetería de la escuela
— Maldición, no tiene que burlarte - hable mientras veía el suelo - es solo que me da pena ir sola
— pero no le va a pasar nada en la escuela
- hablo sonriendo a lo que por reacción apreté su brazo - acaso...¿Le han dicho o hecho algo?
— ... - al llegar - ¡Hoy tienen capuchino! - hablé sonriendo viendo lo que decía el cartel
— espere aquí iré a comprarle el café - me habló para ir hasta donde estaba la señora despachando, unos minutos después regreso - lo siento si tarde, aquí está
— gra... Gra... cias - hablé bajo mientras tome un poco, caminamos los dos hasta el patio, estaba haciendo mucho viento y frío también - ¿Que clima te gusta más? - que excelente pregunta para iniciar una conversación - pensé mientras bebía un poco de mi café
— sin duda los soleados ¿Y a usted? - pregunto sonriendo
— los días lluviosos son sin duda, tranquilos, más la parte que puedes caminar bajo la lluvia sin preocupaciones - hablé mientras recordaba lo que me pasó ayer
— ¿Le pasó algo en un día lluvioso? - pregunto con curiosidad lo que lo hizo ver un poco como un niño
— se puede decir, que la lluvia limpia y cura las heridas del alma dolida de una persona - tome un sorbo de mi café mientras veía el cielo nublado
— ayer la lluvia estuvo muy fuerte - asentí mientras tomaba café - por cierto ¿No le conté? - negué mientras lo veía - Ayer vía una chica que estaba corriendo en la lluvia - hablo sonriendo a lo cual me sobresalté - se veía como una niña pequeña jugando me preguntó quién será ya que... tenía nuestro uniforme
— si... Creo que está haciendo mucho frío deberíamos entrar antes de hacernos cubitos de hielo - hable sería levantándome pero me estaba muriendo de la vergüenza, él llegó a verme ayer
— vamos entonces - dijo ambos entramos al enorme edificio, pero me sentí muy cómoda a su lado - ¿No cree que hace mucho frío últimamente?
— no yo estoy cómoda no hace mucho frío - hablé viendo a otro lado mientras mis manos temblaban del frío que hacía - todo lo contrario pienso que hace mucho calor
— ¿Eso cree? - dijo sonriendo al llegar a las escaleras del segundo piso - bien que le vaya bien en su clase

La Pureza De La Mariposa BlancaWhere stories live. Discover now