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Al día siguiente katalella se encontraba contándole a las mismas sirvientas que estaba al tanto de ella como el emperador se atrevio a dejarla plantada aunque la peliroja sabía muy bien que no podía hacer nada al respecto después de todo... El era el emperador y ella una simple chica que nisiquiera valía la pena.
- No pude creer que me dejó plantada, aunque después de todo no puedo nisiquiera reclamarla nada - dijo katalella-
- Le tengo demasiado respeto al emperador pero nunca se me cruzó por la mente que dejara a alguien esperando y no volver verdaderamente no me lo esperaba - Rose estaba preocupada por la pelirroja y trataba de hacerla sentir mejor pero katalella estaba entre enojada y triste ya que a ella nunca le había gustado que le hicieran una invitación para dejarla ahí parada como una idiota -
- Tranquila mi Lady no debe sentir abrumacion por eso no se preocupe tranquila ya veremos qué pasa, de seguro y solo se le olvidó.. y no lo hizo porque no quisiera estar con usted, el emperador se ve muy interesado en usted así que pienso que solo es eso y nada que pueda afectarla - dijo Lily sonriendo abrazando a katalella y está acepto gustosa el abrazo -
- Eso espero...- dijo katalella decaída ya que rapentinamente había despertado sentimientos hacia el emperador sovieshu -
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Después de esa charla katalella salió a dar un paseo al jardín imperial sin darse cuenta que alguien la observaba desde un ventanal era una rubia de un rubio intenso con ojos verdes como las esmeraldas está la Observaba con sorpresa y curiosidad y no se aguanto más y salió de la habitación y fue al jardín imperial para ver a la pelirroja.
- ¿Uh? - la pelirroja quedó curiosa ya que vio un asiento echo de ramas - Será de alguien - se pregunto y supuso que si ya que vio un pañuelo ahí - este lugar es muy bonito - dijo -
- ¿Te gusta? - pregunto una rubia apareciendo atrás de la chica -
- ¡Ay! Su majestad la emperatriz - dijo katalella nerviosa para luego hacer una reverencia -
- Tranquila no es necesario que hagas una reverencia tu pierna está lastimada ¿No? - dijo la emperatriz Navier señalando su pierna vendada con un yeso -
