u n i c o

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- Miren, ahí va el estupido de Park, solo como siempre - escucho que gritaron desde el otro lado del pasillo.

A decir verdad a él le importaba muy poco si es que los demás pensaban cosas buenas o malas de él, de todas maneras eso no le perjudicaría siempre y cuando no se rebaje a el nivel de ellos.

Entro al salón sin ver nada por ir revisando su teléfono, pero choco con una gran espalda que estaba parada justo delante de la puerta.

- Oh - se volteo de inmediato - ¿estas bien Jimin? lo siento yo no...

- Estoy bien - dijo interrumpiéndolo de forma molesta - a la próxima no te pares justo en el pase peatonal. - exclamó molesto.

- Oye, tranquilo, ya te dije que fue un accidente, relájate lindo - dijo con una sonrisa.

- Nunca, en lo que queda de tu asquerosa vida vuelves a decirme lindo ¿me escuchaste Jeon? - amenazo con el dedo a lo cual Jungkook solo pudo reír.

- ¿Que me vas a hacer? ¿Me morderás la rodilla? - dijo riendo haciendo que todos se rieran.

Cuando Jimin cayo en cuenta, se percató de que todo el salón los miraba atentos.

- Te vas a arrepentir, Jeon - dijo en voz baja para luego dirigirse a su lugar bajo la atenta mirada de todos.

Jeon al dar vuelta y ver como Jimin se alejaba molesto no pudo evitar bajar la mirada a aquel pantalón de mezclilla que realzaba sus glúteos a la perfección.

Y es que a pesar de que Jeon nunca lo aceptaría, llevaba un tiempo fijándose más en el rubio.

Dándose cuenta de que Jimin realmente... ¿le gustaba?

📱

Jimin ya cansado de aquel día horrible al igual que todos los demás, se dirigió a su casa escuchando música a todo volumen en sus oídos, haciendo así el trayecto más corto.

Al llegar fue bien recibido por su madre, quien ya iba saliendo en dirección a su trabajo.

- Jimin, cariño, ya voy muy tarde, tu padre y yo llegaremos hasta la noche y tu hermana se quedará a dormir en casa de su amiga, te dejo la comida en la cocina y hay dinero en la mesa, ya me voy - dejo un beso en su frente y rápidamente se dirigió a la puerta pero antes de salir dijo - Deje tu ropa limpia en tu cama, por favor acomódala, no la dejes ahí, adiós - y cerro la puerta.

Jimin soltó un largo suspiro y se aventó al sofá rendido, hasta que recibió una notificación, bueno... muchas.

Cuando se percató de que era, se confundió al ver el grupo de su salón mandando muchos mensajes sin parar.

Le dio flojera, pues por lo normal solo era para invitar a fiestas o más cosas así.

A pesar de que a veces sus padres le insisten en que salga un rato de esas cuatro paredes que forman su cuarto, el dice que mejor no, porque afuera está repleto de gente estupida que solo piensa en sexo, coito y en hacer el amor.

Lo que nadie sabía es que Jimin tenía un secreto encanto con los hombres, él era totalmente gay, pero no creía necesario decirlo.

Sus padres y su hermana lo sabían, y con que ellos lo supieran era más que suficiente para el rubio.

Sin embargo Jimin por su interés mayormente enfocado en los estudios jamás se había dado la oportunidad de conocer a alguien a fondo, casi siempre era él quien evitaba a los demás.

Y es que claro que lo habían invitado a salir, pero Jimin creía que todo era una pérdida de tiempo, y es que claro, nuestro rubio es alguien inteligente, pero no por eso tenía que ser un nerd con frenos, granos, lentes de botella y siempre portando una vestimenta muy formal.

Accident • OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora