El Imperio de la Primavera Eterna

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El Imperio con la mayor abundancia de flora de los cuatro Imperios principales de la región de Kamone, un Imperio gobernado por la familia Mitsuba desde sus inicios como un reino pequeño exportador de flores y frutas exóticas. Desde su fundación hace tantos siglos, quedo muy evidente que sería prospera, más que sus hermanas Invierno, verano y otoño. La familia Real es conocida por ser personas con una apariencia pasiva, pero con un carácter dominante algo que les ayudo para manejar al Reino de las Camelias Rojas cuando esta comenzó revoluciones para Independizarse, algo que logro al final, pero sin dejar un camino lleno de sangre por los múltiples enfrentamientos entre pueblerinos y guardias.

La guerra del Reino de las Camelias Rojas contra el Imperio de la Primavera Eterna fue una batalla tan sangrenta que, hasta ahora, luego de muchos siglos, no se olvida... Aunque actualmente el nuevo Emperador Mitsuba Sousuke está en una relación, para nada discreta, con el consejero Real, y hermano del Emperador de las Camelias Rojas, Yugi Tsukasa. Para nadie es un secreto que tienen una relación más allá de lo político. Aparte de la relación del Emperador y del consejero Real, la relación de ambos Reinos se volvió pacifica con la Independencia del Reino de las Camelias Rojas, ambos Reinos se apoyan mutuamente.

El enorme jardín del palacio es lo más llamativo del Imperio, tanto pueblerinos como extranjeros lo apodaron Jardín de Edén por toda la flora que habita en ella, muchos dicen que algunas zonas están restringidas y que solo la familia Real puede acceder a estas. Aparte del hermoso jardín, el palacio de la Primavera Eterna también destaca por su infraestructura porque, aparte de ser el palacio y hogar de la Familia Imperial, también es la biblioteca del Imperio. Una Infraestructura muy curiosa para un palacio, claramente solo la biblioteca está abierta a todo el público. 

Hermoso Imperio de la Primavera Eterna, tan bella y misteriosa ¿Cómo puedes ser capaz de juntarte con la sangrienta Camelias Rojas? El honrado Imperio de Oro desea una respuesta por su traición a sus acuerdo-

- ¿Pueden hacerlo callar? Me acaba de amargar el día -El Emperador Mitsuba, tan hermoso como cruel, demando molesto por las palabras del mensajero Real del susodicho Imperio de Oro- ¿Cómo osa ese Emperador tuyo mandar tal mansaje? Mi Imperio no tiene nada que responderle a ese desgraciado! Nuestros acuerdos llegaron a su fin cuando desidio casarse con otra y no conmigo que era su prometido! 

- Emperador Mitsuba, mis más sinceras disculpas pero el Emperador-

- Por última vez, no le debo ninguna explicación de la cercania que mantengo con el Reino de Camelias Rojas -suspiro molesto agarrandose la sien, ya habian tenido esta charla como unas cincuenta veces y el resultado era el mismo- Por favor, retirate antes que le pida a los guardias que te corden la garganta -agacho la cabeza irritado.

Estaba arto de los constantes mensajes pidiendo explicaciones de su cercania con el Reino de Camelias Rojas, no entendia porque tanta insistencia de parte del Emperador pero dejo de buscarle la quinta apta al gato hace mucho tiempo. Se le alegro el día cuando alfin el mensajero se marcho del palacio pero su dolor de cabeza recien estaba empezando cuando el Consejero Real de las Camelias Rojas entro, literalmente, patiando la puerta... ¿Acaso se habian arregrado para joderle la paciencia? Primero el mensajero y ahora el consejero ¿Qué sigue? ¿El Emperador? 

Desde niño sabia que el deber de un Emperador era complicado pero no se imagino que ser Emperador implicaria tener a dos imbeciles encima suyo jodiendo con unirse a una guerra que no era suya, suficiente tenia con sus deberes como Monarca y a el Consejero Real que toda las noches le jodia las caderas asta el amanezer... No tenia nada que hacer en medio de la guerra de las Camelias Rojas y el Oro. Luego de terminar de hablar, no discutir, con el Consejero Real se retiro del salón Real hacia sus jardines, tenia que relajarse y no estaba de animos para tener un encuentro con el Consejero Real, otra vez. 

La guerra habia empezado hace poco y no habia señales de que ambos Gobernantes tengan planes de detenerla, y eso era molesto para los demás Imperios, con su guerra el Imperio de la Primevera Eterna no puede comercializar con el Imperio del Verano Eterno y viceversa. Ya era molesto que el Imperio del Otoño eterno estubiera en una revolución para derrocar a su gobernante, lo menos que querian era una guerra. ¿Cuánto habia caminado? mirando al cielo, no habia notado que se habia alejado del palacio Real y que estaba apunto de anochecer, debia de regresar sino su madre estaria preocupada.

- Debo tomar unas vacaciones -suspiro para si mismo, habian pasado tantas cosas en tan solo dos años. Su compromiso roto, la muerte de su padre, su nombramiento como nuevo Emperador, su relación con el Imperio de las Camelias Rojas y la guerra ¿Qué más querian de él?

- Emperador Mitsuba! - no habia puesto ni un pie dentro del palacio cuando fue llamado por el Consejero Real Yugi, parece que no se marcharia asta mañana- Asta que te encuentro ¿Dondé te habias metido?

- Estaba caminando, ya sabe despejando mi mente -hablo tranquilo caminando hacia su habitación, no era la primera vez que el consejero lo seguia asta sus aposentos solo para combenserlo de unirse a la guerra, era molesto pero siempre trataba de sacar probecho de eso.

No era un secreto que habia algo más que una relación politica pero era molestoso que la gente preguntara tanto y más el Emperador Minamoto ¡Ya no son prometidos! ¿Por qué sigue metiendose en su vida privada y politica? El no se mete en sus deciciones politicas y personales, y si lo hiciera, esta guerra nunca hubiera empezado en primer lugar pero haci son las cosas. 



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