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Aún recuerdo la primera vez que te vi.

Mentiría si dijera hora y fecha, lo que recuerdo es a ti con una campana alejando a cualquier niño que estuviera en tu camino para dejar pasar a tu líder.

Llamas rápido la atención, tu azul no se pierde entre el verde y marrón que hay en el arroyo, y eso es lo mejor, ya que siempre logro verte sin que me esfuerce.

¿Ya nos hemos hablado? Claro que sí. Mi corazón latía fuertemente al escuchar tu voz a las afueras de mi escondite, querías contarme un secreto. Intentaba lo más que podia mostrarme tranquilo, pero tú sola presencia hacia que me comportará de manera muy torpe. Me dijiste que Eliza te desesperaba con sus caprichos y que el juego ya había dejado de ser divertido para ti. Me sonreiste y me agradeciste, yo solo pude asentir, no sabía que hacer.

Los días pasaban y solo era un niño más en el montón a los ojos de la mayoría, pero eso no significaba que tú lo fueras. Ya sea por malas o buenas razones, siempre estabas en la mente de alguien, y puedo apostar todas mis botellas a qué la mayoría del tiempo ese alguien soy yo.

No es algo que pueda esconder o disimular, es algo muy evidente, me gustas, me gustas mucho George, tu personalidad fuera de ese traje, tazas y modales es verdaderamente única ¿Cómo lo sé? No hay que preguntar, se que tienes un lado bromista y relajado, un lado que rara vez demuestras con los demás, y también se la razón de porque lo haces. Creo que eres alguien lindo, tanto en apariencia como en actitud, me gusta mucho tu cabello, es de las cosas que más me gustan de ti.

Me he preguntado cómo te verías sin ese traje tan formal, hay quienes dicen que así dejarías de verte tan "arrogante", pero yo creo que como sea que te veas siempre serás encantador.

Me gusta verte bailar, eres realmente bueno en eso, yo no tengo idea de cómo se supone que hay que moverse mientras tú pareces totalmente profesional.

Podría continuar así, recordándome siempre cada aspecto que me encanta de ti. No tiene mucho sentido ¿No crees? Todos estos cumplidos y elogios me los quedo yo y no puedo decirtelos a ti como me gustaría. Puede parecer fácil, pero soy un niño muy tímido y estoy seguro que me quedaría estático si me acerco a hablarte con la intención de decirte una de estas cosas.

Quizá lo haría, quizá no, nunca lo sabremos porque mis pequeños deseos de hacerlo se desplomaron ese día. Fue un jueves, estaba solo en mi escondite y jugaba con un par de ramas, cuando escuché la llegada de alguien, le dejé pasar y era Jane, tu amiga.

Era la única de tu grupo que no había venido conmigo, por lo cual me sentía muy curioso sobre que es lo que quería compartir. Empezó hablar con lentitud, pausaba aveces y desvíaba su mirada, yo estaba espectante sobre lo que quería decir hasta que dejó caer la bomba.

"Me gusta George"

Esas tres palabras me dejaron sin comentarios, no hablaba ni parpadeaba, solo la observaba sin expresión. No sé cómo describir como me sentía, pero puedo decir que estaba triste.

Podían parecer palabras inofensivas, un pequeño secreto que cualquiera puede tener, pero para mí tuvo un impacto totalmente opuesto al que quisiera

Es algo ridículo ¿No crees? Después de todo somos niños y no creo que este en la edad de ponerme triste por cosas así, pero fue una reacción involuntaria de mis emociones que no pude detener.

El saber eso hizo que mis animos sobre decirte lo que sentía se esfumaran. Yo soy como tú admirador secreto, aunque quiera hablarte no puedo y solo te veo a distancia, mientras Jane es una chica elegante y bonita, sin mencionar que es tu amiga, si ella llegaba a decirte estaba claro a quien de los dos escogerías.

Me sentí mal por unos días, cuando los miraba juntos no podía evitar pensar otras cosas y no sabía cómo manejar esos estados de animo. Es algo tonto, no creía que algo así fuera válido para estar triste.

Pero después de pensarlo mucho, lentamente esos sentimientos negativos de fueron llendo. Lo he dicho muchas veces pero lo diré otra vez, eres muy encantador y agradable y creo que es suficiente para mí que me haya enamorado de una linda persona como tú.

Nunca lo sabrás, eso lo tengo claro, estos pensamientos no están más que en las páginas de mi diario. Pero no importa, No tienes que saber que robaste el corazon de un niño tímido y tonto como yo.

 Pero no importa, No tienes que saber que robaste el corazon de un niño tímido y tonto como yo

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