1: Ciudad de Gigantes

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"Los años pasan, así como los ciudadanos de esta bonita ciudad. Gordos, flacos, prietos, güeros y otros tantos locos...uno de ellos puede ser un asesino en serie, un loco disfrazado de tipo normal. Nadie está seguro"

-Carlos Belascorán S.

Olivia:

Si hubiera tenido la mínima idea de lo que pudo pasar en los próximos años, lo más seguro es que no hubiera decidido venir a la capital. Me hubiera quedado en mi rancho a seguir escribiendo sobre los cuentos de Kaliman o de Rarotonga, y hubiera vendido esos garabatos a cualquier monero de bajo presupuesto en busca de un objeto que domar...pero de no ser por eso, nunca hubiera llegado a la capital, nunca hubiera conocido a Don Belascorán, nunca hubiera salido del huacal. Y nunca hubiera llegado...a la Avenida del Girasol.

1979/Ciudad de México:

Una fuerte sacudida de mi asiento me despierta, señal de que he llegado a la central camionera. Más de 5 horas en un camión lleno de gente son difíciles de tragar, y dormir era la opción más rentable para mi.
Al bajar del camión, el clima resultó ser el primer golpe de realidad. Un frío que calaba hasta los huesos, un tenue color azul que reflejaba que apenas amanecía en la bella ciudad de México,  el olor a tamal verde y del atole de los puestos fuera de la central daban inicio a un día más en la que ahora sería mi vida en la capital.

Una joven de apenas 20 años en una gran ciudad que va más rápido que un tren bala, mi mamá a este punto hubiera pensado que me comería viva la ciudad. Pero trato de mantener los estribos al ver a tanta gente ir de un lado a otro, entre la multitud diviso a quien sería mi único contacto en la ciudad, Leonardo.

Aquel joven con chaqueta universitaria aguardaba por mi cerca de las cabinas telefónicas que se encontraban justo en la entrada. Haciendo todo tipo de señales logré dar con el, agradeciéndole al señor por darme metro y setenta de altura porque de lo contrario, me perdería entre tanta gente.

-Bienvenida a la vida de ciudad, Foránea- Leonardo saluda cordialmente brindandome apoyo con las maletas- ¿Dormiste bien?

-Eso creo, tengo un dolor de cuello que pa' que te cuento. Además de que traigo un hambre de aquellas...- masajeo levemente mi cuello, no cabe duda que a la próxima viajaré mejor en tren

-Conozco un lugar para que te quites el hambre si es que tan canija es ¿Qué dices?- Leonardo avanza hacia el estacionamiento, trato de seguirle el paso

-Va, tu mejor que yo para moverse por esta ciudad. Llévame pues a comer algo

Un largo rato de tráfico sirvió para romper el hielo y conocer más del joven Leonardo. Un joven que estudia artes visuales en la UNAM, recuerdo haberlo conocido cuando vine a presentar examen de admisión, venía en compañía de su abuela y su madre. Cumple años en Abril y es gustoso de los tacos al pastor y el rock clásico en español, parecería ser una persona bastante extrovertida pero es más bien por sentido de adaptable...en el fondo es una persona muy sensible y amable.

Al llegar a una esquina de Avenida Revolución, Leonardo se estaciona frente a un puesto de tacos

-Ya llegamos, vas a probar los mejores tacos de la ciudad- bajó para después abrirme la puerta

-¿Me lo juras? Tengo altas expectativas si te soy sincera- me pongo encima una chaqueta una vez salgo del auto

-Seguro, te juro que tacos como los de Don Tavo no vas a probar en otro lado

Avenida de los GirasolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora