"Todo estaba acabado".
Fue lo que me dije a mí mismo al ver tal escena frente a mis ojos.
Todo era un caos.
Por mí rostro no dejaba de caer sangre de un corte que tenía en la sien. Mi nariz podía perceptir el aroma a humo de cremación. Humo de muerte. Involuntariamente, mis ojos comenzaron a soltar lágrimas para que humectar mis secos y sucios párpados. La vista se me borraba y se enclarecía, por cada pestañeo que hacía. Hasta que por fin pasó el efecto y me acostumbré a la imagen que tenía enfrente mío.
Era sólo humo negro.
Mis oídos aún aturdidos, podían escuchar el llanto, el grito y el pánico de la gente que había ahí.
¿Aún quedaba gente?
¿Después de todo eso?
Dificultosamente, ya no quería estar... simplemente tendido boca arriba en el cálido suelo. Así que hice un dificultoso esfuerzo para ponerme de pie.
Hice girar mi cuerpo, y apoyar mis brazos en el suelo. Impulsandome con mis piernas heridas, difícilmente logré ponerme de pie. Mientras me tomaba mi brazo izquierdo que casi no podía moverlo, levanté mi mirada y ví lo que pasaba alrededor mío.
Era la desesperación, el miedo... la muerte allí en la ciudad.
Los edificios casi todos estaban desaparecidos a lo consumido por las llamas, las calles parecía que varias lluvias de meteoritos habían dejado varios cráteres en esta.
Y los refugios...
Ah... nunca ví tanta potencia en un terremoto espacial.
Su magnitud fue tan fuerte que excarvó en lo más profundo donde una vida podía llegar en el subsuelo y lo sacó a la superficie como una bestia desgarrando las entrañas de su presa.
De ahí venía la gente que corría desesperadamente por toda la ciudad pedazos. Algunos estaban heridos, otros estaban graves, y otros...
...¿para que decirlo?
La ciudad lo dejaba en claro.
Al ver a todas esas personas, mi mente recordó algo muy importante.
- Chi... chicas...
Exclamé forzosamente mientras giraba y miraba atrás mío pensando en mis compañeras.
Las espíritus.
Seres que tuve que salvar en un pasado y desde entonces me han acompañado en mis batallas.
Era díficil ver con todo ese maldito humo como neblina negra y que olía a purgatorio.
Pero difícilmente, mis ojos pudieron captar algo.
A 4 metros de mí, sobre unas pilas de escombros. Allí divise a cada una de ellas.
1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10...
Estaban todas ahí. Una cerca de la otra.
Cada una sin conocimiento, sus vestidos astrales desgarrados en partes, y sus hermosos cuerpos con heridas graves.
Por alguna razón sonreí. Pero al hacerlo, me agaché al sentir un dolor en mis costillas.
Se supone, que... en esos momentos, es cuando debo de sentir un calor inmenso recorriendo por mis venas, causándome un poco de dolor, pero aliviandome de mis heridas.
No obstante nunca apareció.
Y mi cuerpo estaba pagando el precio.
Eran las llamas curativas de Camael... o un tratamiento médico urgente.
Pero no tenía nada de eso en ese instante.
Levanté mi vista para verlas una vez más a las chicas.
- Lo siento chicas...
Dije pensando que, debí protegerlas mejor.
Comencé a sentirme culpable.
Fue entonces que sentí una rara sensación a mis espaldas.
Como si alguien, estuviese tocandome las espaldas.
Sentía un susurro y una respiración calmada pero siniestra en mís oídos.
Dificultosamente, me dí la vuelta.
Y tomándome mi brazo herido ví quien estaba allí.
Suspendida en el aire. Su apariencia casi se camuflaba con el ambiente del lugar.
La ciudad destrozada, las gente dañada, las chicas, el cielo de la noche teñido color de "muerte"...
Era por culpa de ella...
Una bella chica color piel pálida, sus cabellos negros con algunos mechones morados oscuros. Una vestimenta que combinaba con el caos de alrededor
Ella era...
Mi amiga. Sí... mi amiga.
- Mi amiga...
Dije en voz baja por el dolor que costaba hasta respirar.
Ella me miraba con mucho odio y a la vez tristeza...
Luego por sobre mí, vio a las chicas que estaban desplomadas detrás de mí.
Al verlas, ví que ella apretó sus dientes y extendió la mano haciendo que de esta surgiera un arma.
- ¡<DUMAH>!
Exclamó mientras en su mano aparecía una espada con doble hoja y de esta resplandecía una luz roja oscura y morada.
No había duda.
Ella quería matarme a mí... y a ellas...
Todo por que.... [...]
Mi amiga totalmente corrompida por la oscuridad la desesperación, el miedo y la irá...
Levantó su arma y apuntando contra a mí.
- El fin de... mi venganza...
Dijo ella con mucho rencor a punto de ser descargado en mí.
Al ver que el fin sobre mi era inminente.
No me quedó más que aceptar mi desafortunado destino.
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Date a Live: La razón de mi vida
FanfictionUna nueva espíritu aparece en ciudad Tengu. Y tal vez, sea la última cita de Shidou. Ya que esa espíritu no busca divertirse o enamorarse... Buscará vengarse.