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El molesto zumbido en sus oídos lo hizo fruncir el ceño entre sueños, quiso acomodarse por si así no lo escucharía.

Aunque no funcionó, sintió su cuerpo ser suavemente mecido.

—Minho-hyung~

Soltó un quejido y se obligó a voltear, para abrir una pequeña rendija entre sus párpados para ver al menor.

El ruido se detuvo, se concentró el el somnoliento rostro del híbrido.

— Minho-hyung, Hyunjin-hyung lo estaba llamando— murmuró el conejito.

El humano insultó internamente, se intentó incorporar pero los brazos de Jisung lo rodearon con más fuerza.

— Suelta— se quejó, al cabo de unos segundos logró liberarse y rápidamente tomó a Felix para que el tigre lo abrazara en su lugar, no quería despertarlo.

Su híbrido solía ponerse muy molesto si se despertaba en la mitad de a madrugada.

Suficiente que tenía que devolver la llamada a Hyunjin, no quería que tuviera a un tigre molesto acosándolo.

Tomó el celular y notó que no había sido una, sino tres llamadas perdidas, todas de su amigo.

Salió del cuarto que compartía la enorme cama con los otros dos, llendo a hablar al pasillo, con el teléfono en su oído y con los pitidos sonando.

— Hyunjin, ¿Qué pasa? — preguntó, su voz sonó ronca y cansada, no se molestó en disimularlo.

Escuchó un sollozo del otro lado y frunció el ceño.

— Min, hice algo terrible— escuchó decir a Hyunjin, su voz sonaba completamente rota.

Minho miró hacia su puerta, se alejó para poder hablar más claramente.

— Hyunjin, ¿Qué hiciste? Deja de llorar y habla.

— Seungmin... — murmuró—. Yo, le rompí el corazón, Min— y más llanto.

Minho se frotó el rostro.

— Ay, Hyunjin, por un momento creí que lo habías matado o algo.

— N-No es tiempo para bromear— lo regañó—. Min, en serio, en serio me siento mal... Pero por lo que le hice, yo... No creí que-... Ya ni yo sé lo que creo, Min.

Hubo un momento en silencio en el que sólo escuchó al castaño calmar un poco su llanto.

— Ahora es cuando necesito tu consejo, Minho— dijo—. No quiero perderlo.

Minho suspiró.

— ¿Quieres que vaya para allá? ¿Quieres hablar por teléfono? — ofreció.

Hyunjin lo pensó un momento.

— C-Creo que en mejor que vengas, por favor— pidió.

🐾

— Son las dos de la mañana y dejé a mis bebés solos, que sea rápido— dijo, ni bien la puerta se abrió, pero al ver el rostro húmedo y con expresión triste de Hyunjin, se tomó un segundo para no ser brusco, abrió sus brazos hacia su amigo—. Ven.

Hyunjin aceptó el abrazo, sintiéndose pequeño en brazos se Minho, no sólo porque era más alto que él, sino también por lo débil que se sentía emocionalmente.

Minho dejó caricias en su espalda.

— Dime qué pasó— murmuró.

Hyunjin le contó todo, en balbuceos a veces, desde que habían conocido a este chico en la universidad, habían comenzado a verse y habían iniciado una relación aunque era puramente sexual, pues el castaño no tenía ningún sentimiento hacia él.

— Y.... ¿Quién es este chico del que hablamos? — preguntó Minho.

— Lee... Tae... Min— murmuró Hyunjin, cada vez más bajo.

— ¿¡Te follaste a Lee Taemin!?

— No lo grites— lo calló—. Y es lo que te estaba diciendo... Min... ¿Por qué no me golpeas cuando estoy haciendo algo mal?— se cubrió el rostro con frustración.

— Porque te tendría que dar golpizas diarias, Hyunjin — respondió—. Y no me gusta parecer un matón.

— Te odio.

— Gracias.

— Me odio.

Minho suspiró, su amigo estaba hundido en melancolía.

— ¿Y Seungmin? — preguntó, cambiando de tema— ¿Dónde está ahora?

— Él quiso irse al sillón, quería estar sólo... Pero le dije que se quedara con la cama, que yo me iría... Así que voy a pasar la noche aquí— palmeó el sofá—. Merezco algo peor, Min... Tú no viste lo roto que estaba.

Minho tampoco quería imaginarlo, así que se quedó callado.

— No sé que decirte, Hyunjin — confesó—. Nunca me pasó nada similar. Yo creo que... Esperaría hasta mañana para hablar todo más claro, porque digo... ¿No estás ni estuviste saliendo con Taemin, no?

Hyunjin negó.

— Y tampoco estoy saliendo con Seungmin.

Minho abrió sus ojos de más.

— ¿Se besan, le dices que lo amas, duermen juntos y lo celas... Y no son nada?

— Es que yo... N-No soy tan abierto en estos temas de relación humano-híbrido, siempre me dijeron que no son válidas, todo ese discurso de la zoofilia y tal...— agitó su mano—. Hace unos días un compañero me abrió los ojos, en serio, y eso me hizo aceptar que lo amo, Minho, amo a Seungmin con todo lo que tengo, y quería una oportunidad perfecta para pedirle ser mí novio, nunca puedo porque me sigo asustando... Pero ya era tarde, ya mandé todo a la mierda muchas veces, ya estaba en esos rollos con Taemin y sé que estaban mal... Por eso terminé con él en cuanto sabía que le haría daño— una risa penosa salió de sus labios—. Aunque al final lo dañé igual... Lo intento, Minho, y ya lo hablé con Seungmin, quiero ser el mejor para él, pero ya cargó con muchos errores... No quiero lastimarlo.

Minho se quedó en silencio, las palabras de Hyunjin lo habían tocado en lo más profundo, se notaba su sinceridad.

— El amor de los híbridos es incondicional— dijo—. Ellos te aman por más que la cages una y otra vez... Por más que sufran, que los dañes, ellos son demasiado buenos como para no perdonarte... Son demasiado puros para este mundo.

Hyunjin sabía que era cierto, se mantuvo en silencio.

— Tengo que irme, Hyunjin — anunció—. No sabes el desastre que es la casa si yo no estoy.

Hyunjin asintió.

Sintió a Minho palmear su hombro.

— Descansa un poco, así puedes hablar mejor con Seungmin mañana— dijo, le dedicó una sonrisa que Jimin no se molestó en ver, su mirada estaba clavada en el suelo.

Minho se fue él mismo, cerrando la puerta con la copia de su llave, y el el camino rezó un poco para que la pareja pudiera arreglarse bien.

Aunque rogó más por Hyunjin, Seungmin no tenía la culpa, quería que su amigo fuera mágicamente iluminado y sea lo que mejor se merecía aquel lindo e inocente híbrido.

Aunque al final, ambos merecían ser felices.

Bad Luck ❝HyunMin ❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora