único

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En alguna parte del bosque se encuentra una pequeña cabaña,  con enredaderas por todos lados, rodeada de pasto verde y saludable,  árboles frondosos y enormes.

En esa pequeña cabaña bebían tranquilamente una pequeña familia, madre e hijo solos en medio del hermoso pero tal vez un poco peligroso bosque.

Por que sí, como cualquier otro bosque tiene lobos feroces, ciervos tímidos ,  osos fanáticos a la dulce y fresca miel, ardillas que se dedican a almacenar nueces para afrontar el duro invierno, jardines encantados y hermosa lagunas llenas de vida con cascada espléndidamente cristalinas, cabañas abandonadas que antes eran el sitio donde las malvada brujas planeaban sus desagradables travesuras, una torre más alta que cualquier árbol de la zona donde decían ver seguido una cabellera exageradamente larga aunque esto un día se detuvo repentinamente, un castillo donde según dicen vive el rey oso junto a su familia, una cabaña algo grande para solo 7 enanos...

  La madre luego de ser abandonada por el joven que la dijo amar un día, se hizo cargo de su hijo,  a pesar de su complicada situación de salud, como podría abandonar a un bebé tan hermoso como lamentable. El bebé creció, fue difícil y doloroso pero no parecía querer rendirse, con 16 años ya era un joven hermoso, ignorando su huesudo y pálido cuerpo, un rostro hermoso aunque pálido como ya dije sequía siendo muy lindo.

Un día su madre desapareció y no regresó nunca,  el joven confundido ya no sabia que haría sin ella, su madre jamás había desaparecido durante tanto tiempo,  el lloró y se sintió solo y asustado pero no es como si eso la fuera a traer de vuelta. 

Pasaron los días y por suerte su madre como de costumbre le había dejado un pái de manzana en una de las mesitas de noche a los lados de la cama, en el otro lado una jarra llena de agua  fresca acompañado de un baso de cristal.

Aquello fue suficiente durante 7 días y medio y sequía sobrando pái y agua. El joven Jeremy sabía que había pasado la hora de almuerzo hace poco, los cálidos pero leves rayos de sol que lograban pasar por las rendija en el techo calentaba la oscura y fría habitación. Comenzó a escuchar pasos, y pensó.

"Un animal, ¿como será? ...pero los pasos de los animales no se escuchan así. Tal vez sea uno que anda en 2 patas,  una gallina como la del libro que me mostró mamá.  ¿Pero un animal de ese tamaño hace tanto ruido al caminar?...No lo creo. "

No podía evitar sentir curiosidad. Pero no es como si se pudiera levantar a ver.
El ni siquiera sentarse por su cuenta, como podría caminar,  su única ventana está cerrada desde que tiene memoria, su madre teme que alguien se quiera aprovechar de su débil estado, así que nunca a visto el hermoso paisaje fueran de su ventana.

Confiando en su triste habitación fantaseaba con aquel desconocido paisaje,  pero nunca se quejó frente a su madre,  ella ya hacia suficiente por el, además que era renuente a la idea de abrir esa ventana.
Jeremy se rindió y cerró sus ojos tratando de pensar en algo más que no fuera lo que llamaba tanto su curiosidad. 

Pero como ignorado si repentinamente patearon su puerta, es decir la puerta principal y el respiró con sorpresa.
Luego de unas cuantas patadas la puerta pareció ceder por que los pasos se escucharon ahora dentro de su casa. 

Miedo no es suficiente para describir lo que sintió.

Algo o alguien extraño irrumpió en su casa.

¿Es que a caso el bosque es tan peligroso como su mamá le dijo?.

Recordar las palabras que usó para describirlo le hizo estremecer, sus bellos se pusieron de punta y escondió su rostro bajo las cobijas que tapaban el resto de su cuerpo.

Pasaron algunos minutos que para el fueron horas de tensión y pánico.

Y la puerta de su habitación de escuchó abrirse con su clásico chirrido, luego de eso más pasos, estos un poco torpes tal ves por la poca luz.
Comenzó a temblar, muerto de miedo, escucho los pasos pasar su cama y luego más golpes y más hasta que se detuvieron de golpe.  Luego solo se escucho una cálida voz.

-Hola.

Un simple "Hola." basto para que Jeremy destapara su rostro sonrojado del susto, para lograr ver al dueño de la linda voz tubo que entrecerrar un poco sus ojos acostumbrados a la oscuridad, no era fácil ver claramente con tanta iluminación. Y quedó tan fascinado que solo logro decir.

-H-hola.

Respondió tembloroso y lleno de dudas.

Que era lo que sus ojos veían. Parecía alguien normal y hermoso...Pero sus orejas, ¿es normal que tenga esas orejas alargadas?. El no sabe o al menos no en ese momento.

Pero yo si les puedo decir que se trata de un hermoso elfo.

Su cabello largo y lejos de ser de algún color clásico, era rojo, un rojo y hermoso aunque alocado cabello llegaba hasta debajo de su cintura, los mechones que de seguro caerían en todo su rostro estaban acomodados detrás de sus largas orejas.
Sus ojos, esos ojos que no están seguro de su color exacto pero si sabia que eran de algún color claro, con largas y dobles pestañas rojas al igual que sus cejas.

Su nariz es perfecta a sus ojos, con muchas pecas que se extienden por sus mejillas un poco sonrojadas, luego miró sus labios que no eran demasiado gruesos pero tampoco finos, si algo rosas.

Finalmente su mentón fino.

No podía describir cuantos sentimientos encontrados sentía en ese preciso momento. 

Pero si se sentía muy raro. 

Uno de esos eran celos,  estaba celoso de su cuerpo evidentemente saludable y con un para de músculo incluso, estaba celoso de el en general, su vitalidad,  esa sonrisa enorme y hermosa,  su rostro impecable,  su piel levemente bronceada, su colorida melena incluso estuvo celoso de todo aquel que lo halla visto antes que el.

Oh espera no creas que son de estos celos enfermos que solo traen desgracias, no no, esta celoso por que se sintió demasiado pequeño ante su presencia, alguien como ese chico no lo miraría a el, tan lamentable y común.
El chico de orejas largas lo miro con una constante sonrisa aunque confundido.

-Hola...¿vives solo aquí?. ¿Tengo algo en el rostro?.

Preguntó con el ceño fruncido y posó sus manos en sus mejillas.

-Oh, no no.

Respondió Jeremy. Aparto su rostro sonrojado en un intento de ocultarlo. Y sus ojitos cansados se abrieron a mas no poder cuando vio el hermoso pasto fuera de la puerta principal . Nunca antes había visto algo así,  árboles y pasto tan verdes y frondosos, incluso juraría que vio una ardilla... Esa cola algo larga y esponjas la delataba.

-¿Hay algo que te interese allá fuera?.
Preguntó sacando el joven pálido de sus pensamientos y de inmediato asintió.

-Sí.

Dijo apenado.

-Salgamos, ¿acaso estabas encerrado o algo?

El pelirrojo se acercó y quitó la cobija.

-Bueno, la cosa es que estoy enfermo, no puedo levantarme.

Respondió casi en un susurro, pero que fue escuchado claramente por el pelirrojo, que no tardo en acercarse tomar a Jeremy en brazos. El chico se aferro a las ropas del contrario temiendo caer.

El pelirrojo lo llevó en brazos hasta fuera de la cabaña sin ningún esfuerzo,  se detuvo un segundo y luego caminó hacia la sombra de uno de los árboles y se sentó allí, antes acomodó a Jeremy a su lado.

Esa tarde no hablaron ni siquiera una palabra pues el pálido no apartaba la vista del horizonte por donde notó que se escondía  el sol, con evidente emoción en esos ojitos tristes.

Ambos sabían que no verían el sol en un par de segundos cuando Jeremy hablo finalmente, con una voz nostálgica.

-Gracias... Estoy realmente feliz.

-Oh, no agradezca, no es nada...Me llamo Tom. Usted, ¿me dirá su nombre?.

-Me llamo Jeremy.

Dijo brevemente.

-Es un gusto.

Fin

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2023 ⏰

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